En la época de la revolución soviética, su principal líder, Lenin, afirmaba que el partido bolchevique, en cuanto a organización se refiere, tenía mucho que aprender de un determinado partido alemán; resulta que ese partido era un partido de derecha. También sentenció en otra ocasión que la Unión Soviética, desde el lado de la política estaba más cerca del socialismo que, por ejemplo, Alemania, dado que un partido obrero había alcanzado el poder político, pero que desde el lado de la economía, era Alemania la que estaba más cerca del socialismo, debido a su mayor desarrollo económico. Es esto un claro ejemplo de no sectarismo y de no dogmatismo; sin embargo, en nuestros días, todavía pervive una extrema izquierda que se empeña en perseguir un socialismo en lo político, en lugar de perseguirlo en lo económico, por eso es que esta izquierda piensa que el socialismo puede crearse en cualquier parte del mundo, con independencia de cual sea su nivel de desarrollo material.
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