miércoles, 20 de marzo de 2024

Las Dos Lunas

 En esta playa, a la que la gente del lugar, con toda la razón del mundo, llaman La Solitaria, la noche ha tomado las últimas posiciones, no hay ya más espacio por conquistar. Resultado de esta conquista lucen estas dos lunas en el cielo despejado, la luna de siempre y una nueva y desconocida luna. Pudiera ser que sean imaginaciones mías, pero no hay nadie por aquí cerca que pueda llevarme la contraria. Hace poco que una joven mujer pasó caminando por la orilla de la playa, pero iba en sus cosas, toda la naturaleza con la que iba tropezando le era ajena; ella andaba en la naturaleza, pero la naturaleza no andaba en ella; así que ella tampoco tendría la experiencia necesaria para llevarme la contraria; sea como fuere hay dos lunas en el cielo. Un doble camino de luz tamizada viene desde el horizonte hasta la orilla, donde las olas hablan en voz baja, hace mucho calor y la mar está en calma. La marea baja, ligero es el ruido, todo está dispuesto solamente para el sentido de la vista. Bienaventurados los que gozan de una vista aguda y sana; no se hizo este momento para los ciegos, ellos tienen otros momentos, donde el sentido del oído es la herramienta más poderosa para captar la realidad plena; nunca llueve a gusto de todos, dice la sabiduría popular.
Me pregunto si no serás tú una de esas dos lunas, si no será esa luna tu alma que quiere mostrarse discretamente, que quiere que sepamos hasta donde es capaz de llegar la bondad humana, que tan escasa es en este mundo, que quiere que aprendamos de una vez por todas lo que es cumplir con el sagrado mandamiento que nos reclama amar al prójimo como a uno mismo. Ya lo dije antes, pudiera ser que esa segunda luna sea tan solo producto de mi imaginación, que anda siempre produciendo mundos y no descansa. Lo que si es seguro es que la transparencia de tu pensar y de tu sentir, que no tienen trampa ni cartón tiene y donde se respira aire puro, no es imaginación de nadie ni es imaginación mía.
Mañana por la noche volveré a esta playa, con la esperanza de correr con la misma suerte. Nada perderé por venir en busca de la realización de esa esperanza. La esperanza, también hay un refrán que lo dice, es lo último que se pierde.



Marzo / 2024

domingo, 3 de marzo de 2024

El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-.
...Que fue en Granada el crimen sabed -
¡pobre Granada-, en su Granada…
Se le vio caminar sólo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
-Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
“Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!”
Se le vio caminar...
Labrad amigos,
de piedra y sueño, en la Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada! 

Antonio Machado

domingo, 25 de febrero de 2024

Inseguridad

 


Me preguntas: ¿De dónde proviene mi inseguridad? Vieja es esa pregunta tuya, tan vieja, que el polvo y el herrumbre la tienen casi sepultada. Permaneces a lo largo de los años igual a ti mismo, eres la quietud de las estatuas, estatuas que cuando se miran al espejo se encuentran siempre con la misma imagen, la imagen de la vida rutinaria de todos los ayeres. Eres siempre el ayer, nunca el mañana. Tienes la hechura de una momia, a la que hay que tratar con extremada precaución, no ser que al mínimo roce se desmorone hasta casi alcanzar el espacio de sus átomos. Bueno, yo te respondo; endeble es tu memoria. Tu inseguridad, como la de todos los mortales, proviene de la falta de capacidad para realizar con maestría el arte, o la industria a la que dices dedicarte. Te has pasado la vida anunciando que vas hacer, pero pocas veces haces eso que anuncias. Te saltas las etapas, vas a la Universidad a estudiar no sé qué carrera y solicitas que te apunten en el último curso; eres de los que se pasan la vida intentando aprender inglés en quince días. Lo tuyo es el camino llano, pánico le tienes al camino pedregoso, a los senderos de valles y montañas; no te enfrentas nunca al obstáculo, sigues de largo. No quieres el sufrimiento, no quieres el sacrificio, no quieres la responsabilidad, no quieres medirte con lo elevado, no quieres medirte con lo que tiene valía universal, no quieres salirte del mezquino mundo de tus particularidades, que no interesan a nadie. La seguridad material es lo que te mueve, de la seguridad espiritual nunca te has ocupado; ni el más rico de los mortales puede llevarse cosa alguna al otro mundo, cuando lo acondicionan en la caja, por muy lujosa que sea esa caja.

Toda elección de vida tiene su particular consecuencia. Hoy elijo la comodidad, la vida sin alboroto, sin sobresaltos, sin angustia ni ansiedad, la vida inconsciente de cuando se es niño, y mañana me tocará pagar las penosas consecuencias de esa elección mía. Esa elección de vida tuya te traído hasta aquí, hasta un ser que es poca cosa, un ser con las manos vacías, un ser de monótona e insípida historia, que ha caído en las garras de la vejez prematura.
Ya se te hizo tarde, transitas, careciendo de futuro, como una pelota carente de voluntad, en el camino oscuro y muerto del círculo.
 


sábado, 24 de febrero de 2024

Adios a las hojas muertas

 

 Como escritor, como pensador, no hablo de mí, no es elegante, mejor es que hablen otros, sea para bien o sea para mal, mejor es siempre que hablen otros. Le dice Don Quijote a Sancho Panza: “Amigo Sancho, escucha como desaforadamente ladran, señal es de que cabalgamos. Tú con tu rucio, yo con mi Rocinante, tú con tu ristra de refranes, yo con mis sesudas reflexiones, seguimos adelante, grandes metas nos esperan, grandes serán nuestras conquistas. Ni un paso atrás, ni para coger impulso. Canta, hermano Sancho, aunque desafines, manifiesta tu alegría, que a la alegría se le perdona todo. Completa mi discurso con tus refranes, te doy la venia.” “Tener la vista atrás, ya sea por amores o por rencores, es cosa de viejos”, dijo con entusiasmo el noble Sancho. 

Firmes siguieron su camino.

Valentía

lunes, 19 de febrero de 2024

Balandro Telémaco

 

a Patricia Suárez Ramírez

Surcando mares, superando océanos,
enfrentado tempestades y repetidos miedos,
a veces con luz, a veces con sombras,
rechazando el cobarde consejo de los débiles,
asomada al abismo del desconocido mañana,
rompiendo usos y costumbres, avanza,
porque nadie se atreve a detenerla,
por las calles de los que no quieren ser
uno entre los muchos, por las calles
de los que no quieren estar aquí de paso
y quieren ser parte activa de la Historia,
hacedores del mañana y del cambio,
por encima de los más feroces
truenos, rayos y relámpagos.

sábado, 17 de febrero de 2024

Siguen las estrellas su curso


 

Siguen las estrellas su curso,
nadie las detiene; no creo yo
que exista alguien
que pueda detenerlas.
Van hacia el futuro,
hacia el mundo
de la mirada positiva,
hacia el mundo
donde la humanidad
merecerá su nombre,
el mundo donde las guerras
serán solamente
dolorosos recuerdos,
el mundo donde el hombre
no será explotado por el hombre,
el mundo donde el arte,
la ciencia y la cultura
serán de todos y donde
todos serán sus hacedores.
Sucederá allá, dentro
de cientos de años,
tal vez miles de años;
el tiempo lo dirá,
el futuro nadie lo conoce,
si no, no sería futuro.
Allá la bondad en toda plenitud
establecerá su reino;
parte de tu bondad
llegará a formar parte
de ese verdaderamente
humano reino.
Te hablo a ti mujer,
a la que la vida
ha concedido ya
unos cuantos años,
hoy ya son cincuenta y uno,
bien los mereces.
La vida no se para,
la vida sigue,
como siguen las estrellas
que van cargadas
de luminoso y liberador futuro.


martes, 6 de febrero de 2024

Arte y observación

 


 Un artista no observador es una contradicción en el adjetivo. Una contradicción en el adjetivo es, por ejemplo, un círculo cuadrado, si es cuadrado no es círculo. El artista puede pasarse tiempo sin crear, tiempo que incluso pueden ser años, pero no puede pasarse tiempo alguno sin observar. La observación es una herramienta para el artista, observación que se hace cada vez más aguda si es que esta se practica, y cuanto más aguda es la observación más se desarrolla el lado sensible, que tanto necesita el hombre o la mujer que al arte se dedica. La aguda observación le da también al artista, sobre todo en la esfera del arte literario, materia natural, no artificiosa, a la que darle forma; le da como mínimo un punto de partida. A propósito de este importante asunto, paso a darles a conocer este pequeño y real relato.
En el camino que va de mi casa a la playa, el camino más corto, paso siempre por una muy pequeña plaza, donde hay una parada de guaguas; en la marquesina de esta parada, en un lateral, se muestra un amplio cartel publicitario, que va cambiando de contenido a cada cierto tiempo. En una ocasión el cartel mostraba una modelo —no recuerdo que es lo que se publicitaba— en un primer plano y que parecía mirarte fijamente a los ojos; la sensación que en uno brotaba era que aquella bella mujer solo tenía ojos para aquel que la estaba mirando y por momentos uno quedaba como esclavo de aquella profunda y bella mirada, mirada de ojos intensamente negros. Sucedió que un día cuando yo estaba pasando al lado de la mujer de mirada cautivadora, pasaba también un pareja, hombre y mujer, de poco más de cincuenta años, calculo yo, y escucho que el hombre le dice a la mujer: “Fíjate bien en esta mujer de la foto, parece que lo sigue a uno con la mirada”. Yo ya había sobrepasado el lugar donde la foto publicitaria estaba, pero se quedó rondando  en mi siempre inquieta cabeza la observación de aquel hombre. Al día siguiente, de camino nuevamente a la playa, me puse a observar con mayor atención a la mujer de los ojos negros y comprobé que era completamente cierto que me seguía con sus ojos,  y parecía  que me estuviera viéndome por dentro.

sábado, 27 de enero de 2024

La Mercancía (1)

 


 Juan Ramón Rallo en su libro Anti-Marx nos presenta en el primer tomo el pensamiento de Marx; eso es lo que pretende, pero nada más lejos de la realidad. El Marx de Juan Ramón se encuentra a infinita distancia del Marx de Karl Marx, como demostraré en este y sucesivos artículos. Manos a la obra.
Dice Rallo: “Podemos definir la mercancía como todo bien económico fabricado por productores independientes y distribuido mediante el mercado.”
“Un bien económico es un objeto que satisface directa o indirectamente alguna necesidad humana, esto es, la satisface como bien de consumo o como medio de producción.”
Dice Marx: “La mercancía es, en primer lugar, un objeto externo, una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas de cualquier clase. La índole de estas necesidades, ya surjan del estómago o de las fantasía, no cambia nada las cosas. Tampoco se trata de saber como esa cosa satisface la necesidad humana, si directamente como medio de subsistencia, esto es como objeto de gozo, o de manera indirecta, como medio de producción”.
 

Rallo se expresa así: “Podemos definir la mercancía como…”. Las definiciones tienen cabida en los diccionarios pero en la filosofía no caben ese tipo de definiciones, sino los conceptos; por eso es que Marx dice: “La mercancía es..”.
Vemos que lo de la producción y la distribución, que Rallo mete en su definición, no entra para nada en el concepto de mercancía de Marx. Entonces, si restamos lo de la producción y la distribución, la definición de Rallo queda reducida a: “La mercancía es un bien económico”. ¿Qué se está diciendo con esa definición? Nada, una pura generalidad, algo extremadamente abstracto. Lo abstracto domina en esa definición de mercancía de Rallo, mientras que en la definición, en el concepto, de Marx, lo dominante es lo concreto. En el Marx de Rallo la filosofía no asoma por ninguna parte, mientras que, por el contrario, la filosofía con mayúsculas se hace intensamente presente en el Marx de Karl Marx.
 

Marx dice de forma concreta dos cosas acerca de la mercancía:
1. La mercancía es un objeto externo.
2. La mercancía es una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas.
Destacamos estas dos categorías: Objeto Externo y Satisfacción de necesidades.
Cuando Rallo dice “Un bien económico es un objeto que…”, deja el rigor a un lado, el rigor que tan crucial es en el modo de pensar de Marx. La falta de rigor consiste en que está arbitrariamente sustituyendo la categoría concreta Mercancía por la categoría abstracta Bien Económico.
 

“Satisface alguna necesidad humana”, dice Rallo. De nuevo lo abstracto, lo que Marx dice es esto: “La mercancía es una cosa que por sus propiedades satisface necesidades humanas de cualquier clase”. Destacamos la categoría Propiedades.
Para que la cosa quede clara, para que la cosa vaya de lo abstracto a lo concreto, Marx nos dice que la índole de estas necesidades puede surgir del estómago o de la fantasía.
Ilustremos este asunto de la índole de las necesidades. Cuando España era en su conjunto bastante pobre la índole de las necesidades surgía del estómago, ahora que ya está muy alejada de esa pobreza, son multitud los que van a un restaurante y que no se conforman solamente con la comida que está en el plato sino que reclaman, además, satisfacer la necesidad (necesidad de la fantasía) de cómo se presenta esa comida en el plato.
Para abundar en la ilustración. Cuando llegamos a casa cansados de trabajar durante todo el día, muertos de hambre, cogemos todo alimento que se nos ponga a mano de la nevera y hacemos una ensalada, una caótica ensalada; lo único que deseamos es la mera satisfacción de la necesidad del estómago, la necesidad que proviene de la mente la dejamos siempre para otro momento.
 

Vamos por último con lo siguiente: “…satisface como bien de consumo (de manera directa) o como medio de producción (de manera indirecta)”. Esto es lo que dice Rallo que dice Marx; pero no son así las cosas. Esto es lo que dice Marx: “Satisfacción (de manera directa) como medio de subsistencia. Satisfacción (de manera indirecta) como medio de producción. Destacamos estas dos categorías: Medio de Subsistencia y Medio de Producción. La categoría medio de subsistencia la cambia Rallo por medio de consumo. Tanto cuando se satisface la necesidad humana como medio de subsistencia como cuando lo hace como medio de producción se produce consumo, al primer consumo se le denomina consumo no productivo y al segundo se le llama consumo productivo.

sábado, 20 de enero de 2024

Imposición de clase

 

A base de leer y escuchar reiteradamente a Juan Ramón Rallo, ideólogo del capitalismo, he ido descubriendo su conducta intelectual frente al pensamiento de Marx; es la siguiente: toma un determinado pensamiento de Marx, hace una caricatura de ese pensamiento, para luego negar esa caricatura, creyendo que de esa manera ha conseguido negar el verdadero pensamiento de Marx.
En este vídeo Rallo manifiesta lo siguiente: “Según Marx, en una sociedad dividida en clases, por ejemplo, la sociedad capitalista, es la clase dominante la que impone su visión de como funciona el mundo”. Eso Marx no lo ha afirmado nunca, el pensamiento de Marx reza así: “En una sociedad dividida en clases la ideología dominante es la ideología de la clase dominante”. Para que haya una imposición ha de suceder que millones de capitalistas que pueblan el amplio mundo se pongan de acuerdo para imponer al resto de los mortales su ideología, lo cual, salta a la vista, es un sinsentido, por decirlo de manera elegante, de manera que no se ofenda nadie.
Pensemos en Aristóteles, un pensador grande y eterno, ¿cuál era su ideología?: la ideología de la clase esclavista, la ideología de la clase dominante. Para esa ideología lo natural era la división de la sociedad en amos y esclavos. Para esa ideología el esclavo debía su existencia al amo. Para la ideología feudal el siervo debe su existencia al señor feudal. Para la ideología  capitalista, el trabajador debe su existencia al capitalista.
Vamos con una ilustración de este dominio ideológico. En televisión, en el transcurso de un debate, un periodista de izquierda, dijo: “Ojalá que en España existieran muchos más empresarios como Amancio Ortega”. Este pronunciamiento manifiesta claramente el dominio de la ideología capitalista, aún para la gran mayoría de personas que se declaran de izquierda. Hagamos más concreto el cómo se da este dominio ideológico. A nivel mundial, el número de trabajadores de Inditex, la empresa que lidera Amancio Ortega, asciende a 165 mil; lo que significa que 165 mil personas (clase trabajadora) ya no pueden ser un Amancio Ortega, y también significa que para la existencia de otro Amancio Ortega se precisan otras 165 mil personas. La ideología dominante dice que esas 165 mil personas deben su existencia a Amancio Ortega, cuando en realidad es al revés, Amancio Ortega (91.000 millones de euros, es su patrimonio) debe su existencia, como capitalista super millonario, al trabajo de 165 mil personas. Para que se de la existencia de capitalistas super millonarios como Amancio Ortega es preciso la existencia de una sociedad dividida en clases, división esta que se concreta en que por una parte hay una gran masa de personas que carecen de la propiedad de los medios de producción para crear los bienes necesarios para su existencia, y por otra parte hay una minoría que es propietaria de esos medios de producción. La Industria, el Comercio y las Finanzas está en manos del gran capital, y por medio de esta propiedad  la clase capitalista se apropia de trabajo ajeno, del trabajo creado por la clase trabajadora; su propiedad privada se edifica en base a la apropiación permanente de trabajo ajeno.
Este pensamiento crítico con el mundo capitalista que aquí expongo yace aplastado por la ideología capitalista dominante, dominio que se fortalece con el llamado cuarto poder, los grandes medios de comunicación de masas, medios que también son de su propiedad.