lunes, 25 de abril de 2022

Epitafio Diurno

 


 Por Carlos Martín

Sobre el epitafio diurno se acurrucaba la luz
en sus colores ardía una delgada centella
con su equipaje sedujo a mi fogosa ventana
desafiante encaró mi dulce sueño fugaz.

En el espejo mis huesos me vigilaban de cerca
a mi sonrisa la luz la conquistaba a despecho
mientras las telas cubrían los adoquines a besos
a los colores mi espalda cedí desnuda y con frío.

Se disfrazaban de estío entre tus pechos mis manos
tus esmeraldas cegaron mi débil rostro dormido
ya no soporto los sueños, ¡solo me basta contigo!
Sobre el epitafio diurno se levantaba la noche.

 

Carlos forma parte del grupo de estudio El Saber de la Filosofía

domingo, 24 de abril de 2022

Un versito corto

 


Por Alejandra Casado Salcedo 

Escríbeme un versito corto
que atrevido se resbale,
abandonándote para ser mío,
para con poco decir mucho
y sonrojarme de improviso. 

Confiesa en él que estoy en todas partes
¡que en el silencio soy tu ruido!,
confiesa que en tu pensamiento
están mi nombre y apellido. 

No me compares con las flores,
ni repitas lo que otros han dicho.
Dime que el silencio no es silencio,
porque escuchas mi latido.

 Alejandra  forma parte del grupo de estudio El Saber de la Filosofía

martes, 5 de abril de 2022

Palestina

 


A Alejandra Casado Salcedo

 Se cumplen años, se gana sabiduría. 

Ganancia que viene de tu mano,

ganancia que viene de tu esfuerzo.

Eres espíritu que no se conforma con lo poco,  

que no se conforma con ser siempre la misma,

que quiere volar cada vez más alto, 

que quiere llegar cada vez más lejos. 

Allá en lo alto, allá en lo lejos 

te vas a encontrar con gente sabia,

la mayoría de ellos ya están muertos,  

pero intensamente vivos como humanidad

que no descansa en el avance 

de conocer y construir lo nuevo. 

Con ellos aprenderás a ser humanidad, 

la humanidad que se desprende de cuerpos, 

pero nunca de sabiduría, nunca de la luminosa

e incesante necesidad de aprender.

Guárdame un puesto en ese sitio.

 


viernes, 1 de abril de 2022

Agua y Diamante

 


 Los llamados libertarios, defensores a ultranza del capitalismo, afirman que el valor de una mercancía es algo subjetivo; niegan que el valor de una mercancía esté determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir esa mercancía. Tienen que negar esto porque si no tendrían que reconocer que la clase capitalista se apropia de trabajo ajeno, tendrían que reconocer que la clase capitalista explota a la clase trabajadora. Con el fin de fundamentar esa idea suya echan mano al siguiente supuesto: “Vas por el desierto muerto de sed y te encuentras con una persona que lleva consigo una pequeña botella de agua y un diamante. ¿Qué le vas a comprar el agua o el diamante? El agua, claro está, porque para ti tiene más valor el agua que el diamante.” Y con este supuesto de bisutería quedan ellos la mar de contentos, como si hubieran descubierto el agua tibia.
En primer lugar hay que decir que en el modo de saber científico, aquello que es excepción no sirve como supuesto para sustentar la verdad de una determinada teoría. Y en segundo lugar, lo más importante, es que en este supuesto se confunden —por ignorancia extrema— valor con valor de uso. Se elige el agua no porque tenga más valor que el diamante sino porque satisface una necedad fisiológica que obviamente el diamante no puede satisfacer. Se elige el agua no por su valor, sino por su valor de uso. Si un meteorito constituido esencialmente por diamante chocara con la Tierra y dejara nuestro planeta lleno de piedras de diamante, el diamante perdería inmediatamente el valor que tiene, porque para su adquisición ya no sería necesario trabajo alguno.
Un ejemplo más: Si estoy en una casa solitaria cerca de la playa, escribiendo una novela, a la antigua usanza, con máquina de escribir, con las ventanas abiertas porque hace calor, y el viento haciendo volar mis páginas ya escritas,  aparece alguien con una piedra, que me puede servir de pisapapeles, y le doy diez euros por la dichosa piedra, no se los doy por su valor —la piedra carece complemente de valor—, se los doy por su valor de uso.