Los llamados libertarios, defensores a ultranza del capitalismo, afirman que el valor de una mercancía es algo subjetivo; niegan que el valor de una mercancía esté determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir esa mercancía. Tienen que negar esto porque si no tendrían que reconocer que la clase capitalista se apropia de trabajo ajeno, tendrían que reconocer que la clase capitalista explota a la clase trabajadora. Con el fin de fundamentar esa idea suya echan mano al siguiente supuesto: “Vas por el desierto muerto de sed y te encuentras con una persona que lleva consigo una pequeña botella de agua y un diamante. ¿Qué le vas a comprar el agua o el diamante? El agua, claro está, porque para ti tiene más valor el agua que el diamante.” Y con este supuesto de bisutería quedan ellos la mar de contentos, como si hubieran descubierto el agua tibia.
En primer lugar hay que decir que en el modo de saber científico, aquello que es excepción no sirve como supuesto para sustentar la verdad de una determinada teoría. Y en segundo lugar, lo más importante, es que en este supuesto se confunden —por ignorancia extrema— valor con valor de uso. Se elige el agua no porque tenga más valor que el diamante sino porque satisface una necedad fisiológica que obviamente el diamante no puede satisfacer. Se elige el agua no por su valor, sino por su valor de uso. Si un meteorito constituido esencialmente por diamante chocara con la Tierra y dejara nuestro planeta lleno de piedras de diamante, el diamante perdería inmediatamente el valor que tiene, porque para su adquisición ya no sería necesario trabajo alguno.
Un ejemplo más: Si estoy en una casa solitaria cerca de la playa, escribiendo una novela, a la antigua usanza, con máquina de escribir, con las ventanas abiertas porque hace calor, y el viento haciendo volar mis páginas ya escritas, aparece alguien con una piedra, que me puede servir de pisapapeles, y le doy diez euros por la dichosa piedra, no se los doy por su valor —la piedra carece complemente de valor—, se los doy por su valor de uso.
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