Trabajos de Vicente Umpiérrez Sánchez sobre filosofía, social política, teoría musical crítica y poesía.
miércoles, 23 de marzo de 2022
martes, 22 de marzo de 2022
Guerra en Ucrania (3)
Dice Hegel que en lo abstracto no se encuentra lo verdadero, que lo verdadero se encuentra en lo concreto. En lo abstracto se mueven los de la izquierda pura y revolucionaria —entre comillas— cuando se refieren a la guerra en Ucrania, sobre todo cuando proclaman el NO a la guerra. Abstracto quiere decir carente de determinaciones o que tiene pocas determinaciones, concreto significa que está lleno de determinaciones. La semilla de manzana es lo abstracto frente a un manzano, que es lo concreto. Para pasar de la semilla al árbol se requiere un proceso, que supone el paso de lo abstracto a lo concreto. En la semilla existen en potencia todos los elementos del árbol, raíces, tallo, ramas, hojas, flores, frutos, pero que aún no han salido de la posibilidad, no han pasado aún de la potencia a la dinamys, porque aún no ha surgido lo diferente; por eso es que decimos que la semilla es el árbol existiendo de forma abstracta.
La actual situación bélica en la que está inmersa Ucrania es la concreción, la trágica concreción, el desarrollo de un momento abstracto, un punto de partida: la desintegración de la URSS. Ucrania de no ser asequible a EEUU y a su brazo armado la OTAN, por formar parte de la URSS, pasó a ser objetivo inmediato de éstos.
Se pasa después a otro momento abstracto, que es parte del movimiento hacia la concreción actual de Ucrania: la revolución naranja, en el año 2004. La revolución naranja, una fiesta de democracia, un movimiento hacia el mundo libre de los países capitalistas desarrollados…, —pongan comillas, no se dejen engañar por las apariencias de las cosas-. Una fiesta que era el preludio de una tragedia. Esa fiesta se fue degenerando hacia un momento ya no tan abstracto, un momento dramáticamente concreto, muy concreto: el golpe de estado fascista del año 2014. Ahí comenzó la guerra en Ucrania; ocho años lleva sufriendo la región del Donbas, sus habitantes, el acoso bélico, que ha acarreado catorce mil muertos.
Se fue aún más hacia lo concreto cuando el comediante e irresponsable que gobierna a Ucrania, Zelenski, creyó de forma enajenada que su país podría formar parte de la OTAN, creyó que podía amenazar a Rusia con el anuncio de construir una bomba atómica, creyó que los países de la OTAN lo iban a socorrer llegado el caso, creyó que la OTAN iba a declarar al cielo ucraniano zona de exclusión aérea, creyó y cree que puede hacer morder el polvo al ejército ruso; creyó en definitiva en un mundo absolutamente abstracto, un mundo que solamente puede existir en su cabezita de cómico, en su cabezita de sucedáneo de hombre de estado.
De lo abstracto también se sirvió Josep Borrell, al declarar públicamente que el antecedente bélico de la guerra en Ucrania, en suelo europeo, se encontraba en la Segunda Guerra Mundial, haciendo abstracción, intencionadamente, de la guerra en Yugoslavia: tres meses estuvo la OTAN bombardeando a Servia y a Montenegro, repúblicas que formaron parte de Yugoslavia.
En lo abstracto no se encuentra lo verdadero, lo verdadero se encuentra en lo concreto.
lunes, 21 de marzo de 2022
Guerra en Ucrania (2)
Es necesario distinguir entre Posibilidad Ideal y Posibilidad Real. Hablamos de Posibilidad Ideal cuando tal posibilidad carece de fundamentos para realizarse, al contrario de la Posibilidad Real, que si posee fundamentos para realizarse. Por ejemplo, una judía tiene la posibilidad real de germinar, mientras que una piedra con forma de judía solo tiene la posibilidad ideal.
En general, la izquierda “revolucionaria” se mueve siempre en la posibilidad ideal. Por eso es que pretende negar la guerra en Ucrania y a la OTAN al mismo tiempo. ¿Qué fundamento práctico —no teórico, no ideal— tiene esta izquierda para negar la guerra? Ninguno. El NO a la guerra es solamente una posibilidad ideal, una posibilidad que no puede realizarse; la prueba de ello: las guerras en Irak, Yugoslavia, Yemen, Siria, Libia…
¿De qué modo puede asegurar esta izquierda “pura” que el NO a la guerra en Ucrania va a suponer que en un futuro no habrá guerra en Rusia, si la OTAN se estableciera definitivamente en Ucrania? No tiene modo. Si en un futuro hay guerra en Rusia y ésta se desintegra, vendrá esta izquierda enajenada y pura, con manifestaciones y pancartas, a sacar a pasear su posibilidad ideal: NO a la guerra, NO a la desintegración de Rusia.
La otra posibilidad ideal de esta izquierda que vive en el limbo es el NO a la OTAN. ¿Dónde está la fuerza a nivel mundial de esta izquierda quijotesca y marginal para detener la escandalosa expansión de la OTAN hacia el Este, hacia la misma puerta de Rusia? En ninguna parte. Donde único existe la posibilidad real de detener los afanes imperialistas de la OTAN, que está al servicio de los EEUU, es en las manos de los gobiernos de la República Popular China y de Rusia.
Personas como Juan Carlos Monedero se pueden permitir el lujo de vivir permanentemente en el mundo de las posibilidades ideales, porque nunca van a formar parte de gobierno alguno, ni siquiera del gobierno de una Asociación de Vecinos; pero personas como Putin, que son verdaderos hombres de Estado, solamente pueden moverse en el mundo de las posibilidades reales, porque, en caso contrario, pueden ver como su país es conducido a la guerra y a su desmembración.
En la posibilidad ideal se ha movido y se mueve Zelenski, el títere y comediante que lleva las riendas de Ucrania, y que ha necesitado la guerra —la destrucción y la muerte— para admitir que la entrada a la OTAN de su país es solamente una posibilidad ideal. La comprobación de que esta posibilidad era solamente ideal le ha costado a Ucrania —no a Zelenski— la destrucción, la muerte y el desplazamientos de millones de ucranianos. ¡Y todavía, este hipócrita mundo occidental, el mundo “libre”, pretende que le den el Nobel de la Paz! Será para desprestigiar a ese premio del todo.
domingo, 20 de marzo de 2022
Guerra en Ucrania (1)
Roberto Vaquero, líder del Frente Obrero, proclama: “Ni con la OTAN ni con Putin”. Pareciera que se está diciendo una gran cosa, pero en verdad no se está diciendo nada. Lo primero que hay que señalar es que este hombre, que se presenta como marxista, expone una unidad de contrarios que no es tal; lo contrario de la OTAN fue en su momento el Pacto de Varsovia, en la actualidad, es Rusia.
La OTAN, en la práctica, es el brazo armado del imperialismo yanqui. Europa, por medio de sus gobiernos lacayos, pone siempre el territorio de guerra; el territorio de la potencia del Norte no es nunca territorio de guerra. La izquierda “revolucionaria” cree que con un No verbal, un No ideal, se puede conseguir un No en la práctica. En la práctica, quien verdaderamente le dice No a la OTAN no son todos los comunistas “revolucionarios” del Planeta, sino que es la Rusia de Putin. La práctica es el más aplastante criterio de verdad, la práctica ha demostrado más que de sobra que el No a la guerra de los comunistas “revolucionarios” no ha impedido la destrucción de Yugoslavia, la destrucción de Libia, la destrucción de Irak, la destrucción no acabada de Siria, etc. Estos comunistas la única contradicción que ven es la de Capitalismo-Socialismo, pero, además, son incapaces de ver como contradicciones como la existente entre Rusia y la OTAN (EEUU) afectan al desarrollo de la referida contradicción.
El primer logro del imperialismo occidental —cada uno en su rango— fue la desintegración de la URSS, no en el sentido de la derrota del Socialismo Real frente al Capitalismo, sino en el sentido de acabar con un poder económico que impedía la expansión del poder económico del Imperialismo Occidental. La desintegración de la URSS no es equivalente a la desintegración de Yugoslavia, que quedó reducida a un conjunto disperso de pequeños países, sino que la desintegración de la potencia Soviética dejó en pie, aunque gravemente herida, a la Gran Rusia.
La OTAN, cuya frontera con Rusia eran las fronteras de los países que formaban el Pacto de Varsovia, en poco tiempo hizo saltar por los aires esa frontera hasta llegar a la frontera de la misma Rusia, impidiendo así la seguridad de esta nación. Toda esta expansión imperialista occidental es el preludio de una futura desintegración de Rusia, y después de tal desintegración se acaba con la posibilidad del No a la OTAN, y cuanto más OTAN haya en el Planeta menos posibilidad de Socialismo habrá en nuestro Mundo.
Si somos verdaderamente materialistas, debemos acordar con Vladimir Putin que lo peor que le ha sucedido a Rusia ha sido la desintegración de la URSS. Si somos verdaderamente materialistas debemos aceptar que es la Rusia actual —la real y no la ideal—, junto con la República Popular China —la real y no la ideal—, quien puede negar, de forma concreta y no abstracta, de forma real y no ideal, al imperialismo de los EEUU y a su brazo militar de la OTAN.