lunes, 15 de noviembre de 2021

El placer de la buena mesa

 


Por Vanesa Cabrera Medina

Son muchos los encuentros que se dan alrededor de una buena mesa, lo que produce placer y endorfinas al alma de quienes comparten velada. O eso es lo que se espera que suceda cuando reúnes con gusto a un grupo de seres extraordinarios a disfrutar del placer de la buena mesa.

Alrededor de una buena mesa nacen nuevas relaciones, crecen nuevos proyectos, pero también se difuminan los espectros del alma que no se asoman, esas que no se descubren, no se muestran pero se nutren de la savia ajena cual “dementor” oscuro. Pero esto es lo que menos abunda por fortuna del anfitrión que ya no tiene que esperar que todo sea perfecto para disfrutar del placer de la buena mesa.

Alrededor de una buena mesa se dialoga, se escucha, se aprende, mientras saboreas un buen vino o unas amargas hiervas. Alrededor de una buena mesa se reencuentran miradas, se comparten sueños y ganas. Somos testigos de duelos y lágrimas, de risas, de miedos y de garras. Alrededor de una buena mesa se sirven postres sabor a nuevas expectativas, nuevos alisios, nuevas sinergias.

Porque la fortuna que se sirve con alma ofrece el placer de la buena mesa, donde también en ocasiones se soplan velas.

 

Vanesa forma parte del grupo de estudio El Saber de la Filosofía

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Si me amaras

 

Por Yanira Sánchez Pérez  

Tú no me amas,
 me pretendes,
 en el tiempo y el lugar
 y de la manera
 que a tu interés conviene.


Si me amaras
 tuya harías mi necesidad
 de vivir en paz
 libre de la enfermedad
 de tu insolencia.


Si me amaras
 saldrías de ti y
 abandonar podrían tus alas
 el lodo de tu egoísmo siempre.


Exhausto te ofrezco mi mano,
 por definitiva vez última;
 ¡qué traspase tu alma
 las cuatro paredes oscuras
 que la mantienen presa,
 para salir conmigo al Universo
 hasta que su última luz deje de vernos!



Yanira forma parte del grupo de estudio El Saber de la Filosofía

lunes, 1 de noviembre de 2021

La elegida oscuridad


 Por Patricia Suárez Ramírez

En su día a día, a cada momento que sus ojos abren, hay personas que se suben al tren del ser negativo, haciendo parada en la queja por la queja, terminando su viaje inevitablemente en la más negra oscuridad. Piensan estas personas que lo suyo no ha sido una elección, la elección de abandonarse, la elección del no esfuerzo, la elección de creerse con el derecho de contagiar su alrededor con una molesta y enquistada pesadumbre. Sus triviales preocupaciones se solidifican en una nube gris que les acompaña en su caminar, nube que el viento invernal sopla tiñendo de penumbra todo aquello que a su paso encuentra y roza. Bien dicho está el dicho ‘La cara es el reflejo del alma’, pues quien no lucha por tener una viva y luminosa alma, se permite el lujo de acometer un acelerado envejecimiento espiritual y atentar así contra la posibilidad de convertirse en un ser atractivo para sí y por ende, para los demás.

 

 

Patricia forma parte del grupo de estudio El Saber de la Filosofía