domingo, 30 de enero de 2022

La Extraña Compasión

 


 

 Por Vanesa Cabrera Medina

A Karla y Alejandra, a quienes con intenso amor siento. A Itziar, que llegó para renovar ese amor, para seguir sin descanaso amando

 Es ahí en las entrañas, en lo profundo, donde la semilla germina. Florece para ser, para sentir.El amor sincero viene de ahí, de lo profundo, de lo sentido, porque el amor no debe ser efímero, solo puede ser y florecer. Y hay veces que el amor se disfraza de oportunidad, de oscuridad para vanagloria del ego, que nubla y encierra en las entrañas. Y es ahí en las entrañas, donde todo se mueve.

Y hay dos caminos cuando el olor a fango penetra, luchar hasta agotarse dando golpes al amor sacando del saco roto historias en hojas secas o simplemente contemplar la luz, respirar y darle un espacio al tiempo para que el fango se endurezca y vuelva a ser tierra, y desde ahí volver a florecer.

Porque nutrir las entrañas, en lo profundo, donde nace y crece el amor, ese que no se puede explicar, que te lleva a límites inimaginables, es construir cimientos de afecto certero, es la palabra llena de intención afable y es la extraña compasión que todo lo puede, que todo lo sostiene.

Y desde ahí, recostados en la bondad, en lo profundo, es donde podemos construir con amor, aun siendo abolidos una y mil veces.

Vanesa forma parte del grupo de estudio El Saber de la Filosofía

sábado, 29 de enero de 2022

La Envidia

 

Por Patricia Suárez Ramírez

La envidia, ese sentimiento al que si le ofreces tiempo y espacio, se apropia de ti y te carcome por dentro. Aún persiste en mi memoria el recuerdo de una mujer de no muy avanzada edad envidiando a una pareja amiga, en su cabeza, de modo ideal. ¿No te das cuenta mujer que aquello que en tu cabeza edificas carece de concreción y reboza de abstracción? Toda pareja paseando de la mano vista por detrás, produce a efectos del espectador una bonita estampa. Acércate con curiosidad a mirar sus expresiones, pon oído a su conversación, introdúcete en su rutina y puede que esa estampa se ennegrezca o por el contrario se torne más colorida.

En otro recóndito hueco de mi memoria no olvido a un hombre ya mayor envidiando los preciados frutos del trabajo de un amigo, en este caso, de similar edad. ¿No te das cuenta hombre que nadie puede obtener aquello por lo que no se ha esforzado? No encontrarás en la faz de la tierra a un niño, poseedor desde la cuna de un especial talento, convertido en gran hombre sin que haya mediado en él un infatigable trabajo y esfuerzo.

¿No te das cuenta hombre, mujer, que solo ocupándote de librar tus propias batallas podrás deshacerte de este amargo y extenuante sentimiento?

 

Patricia forma parte del grupo de estudio El Saber de la Filosofía