martes, 31 de marzo de 2020

Alcance universal

La persona que quiera adentrarse en el arte de la escritura ha de tener presente que las particularidades de su vida no han de formar parte del contenido de aquello que escribe, si es que quiere que el resultado de su arte literario tenga alcance universal, esto es, que tenga valía en cualquier parte de nuestra geografía planetaria y que tenga valía en los tiempos que corren y en los venideros. Precisamente, por su universalidad es que seguimos leyendo en la actualidad el Quijote de Cervantes. Siempre que escribo, esas particularidades, a veces en tropel, me asaltan con el propósito de conseguir cabida en mi producción literaria, no siempre me resulta fácil quitármelas de encima. Pero me mantengo firme y acaban por rendirse. Al lector no le interesa la vida del que escribe, la cual puede, además, que resulte ser muy anodina, al lector lo que le interesa es lo que el literato escribe, y cuanto más universal sea lo que escribe, mayor será su interés. Las particularidades arrojan oscuridad y falta de transparencia al discurso, mientras que, por el contrario, lo universal le da luminosidad y transparencia. Las particularidades conducen a poner mucho para decir poco, por el contrario, lo universal lleva a poner poco para decir mucho.

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