Trabajos de Vicente Umpiérrez Sánchez sobre filosofía, social política, teoría musical crítica y poesía.
lunes, 25 de julio de 2016
Leyes del sonido musical
Son muchos los músicos que al oír hablar de leyes del sonido musical, a sus cabezas les viene lo de las leyes de la física del sonido, y nada tiene que ver una cosa con la otra. También si se les habla de saber basado en la ciencia, por oposición al saber basado en la creencia, les viene a sus cabezas lo de las leyes de la física del sonido, porque el único saber basado en la ciencia que ellos conciben es el saber de las ciencias naturales. La teoría musical tiene mucho de ciencia, mucho más de lo que el común de los mortales músicos imagina. Con las leyes de la física del sonido no se puede contar para la actividad musical de la interpretación, y mucho menos para la actividad musical de la composición. Son solamente las leyes del sonido musical las que pueden asistirnos en la buena marcha de ambas actividades. Pensemos en la interpretación, pensemos en el piano, donde el músico ha sido liberado de la correcta entonación, el propio instrumento se encarga de tal menester, de lo que se tiene que ocupar el intérprete es del ritmo, en el más amplio sentido del término.
Pongamos atención a la ilustración (a); es norma, que no ley, en la teoría musical convencional que la primera parte del compás es acentuada, esa norma lleva al músico ejecutante a dar un zarpazo cada vez que entra en un nuevo compás, porque además está convencido de que la acentuación es producto del aspecto del sonido que llamamos Intensidad, cuando en verdad es producto del aspecto Duración. En general, los sonidos de mayor duración resultan acentuados, enfatizados, en relación a los sonidos de menor duración; cuando hablamos de duración nos referimos al número de partes iguales que transcurre desde el ataque de un sonido hasta el ataque del siguiente. Esas diferencias en la duración hace que los sonidos no permanezcan en su individualidad, sino que se agrupen, agrupaciones a las que denominamos Impulsos (señalados por las flechas); el último sonido del impulso es el sonido acentuado, el Dar del impulso, el resto de sonidos son no acentuados, el Alzar del impulso. Estas agrupaciones de sonidos, impulsos, también tienen una determinada duración, y se suceden con un determinado ritmo, ritmo que no aparece escrito en la partitura, el único ritmo que aparece escrito en la partitura es el ritmo de sucesión de los sonidos individuales, el ritmo de impulsos tiene que ser descubierto por el intérprete, para que pueda ser reflejado correctamente en el transcurso de la ejecución del mismo. Si este mismo ritmo aparece representado en tres compases de metro 4/4, el resultado de la ejecución tiene que ser el mismo, cosa que será así siempre que el músico este liberado de esa religiosa norma de acentuar determinadas partes del compás, de lo contrario el ritmo aparecerá completamente desdibujado. La ilustración (b), muestra una escrituras distinta del mismo ritmo; la representación del ritmo ha cambiado, pero el ritmo sigue siendo el mismo, por lo tanto, el intérprete tiene que seguir reflejando la misma forma, el mismo ritmo de impulsos. Si suponemos que el ritmo en cuestión está siendo ejecutado por la mano derecha, siendo ese contenido lo único que suena, si se añade luego, en la mano izquierda, un pulso cuaternario (representado por la Blanca en este caso) el ejecutante ahora ha de estar atento al conjunto de síncopas que surgen, fruto de la relación del ritmo con el pulso cuaternario; todos los sonidos acentuados que no coinciden con la pulsación resultan sincopados (S). En la penúltima pulsación se produce, además, un contratiempo; hay contratiempo cuando no existe simultaneidad entre pulsación y ataque de sonido, y en el momento de la pulsación no se produce ataque de sonido.
Todas estas cosas del ritmo son resultado de las leyes del sonido musical, las cuales son independientes de nuestra voluntad y del conocimiento que tengamos sobre las mismas; no son normas. El verdedero músico pensante es aquel que, tanto en la interpretación como en la composición, se guía por el conocimiento de estas y otras leyes del sonido musical.
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Muy bueno el articulo publicado , a veces son detalles que no me he dado cuenta, ya que lo doy como algo implicito en el estudio de la teoria musical
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