sábado, 1 de mayo de 2021

Apariencia y realidad


   Son multitud los marxistas que al referirse al Capital de Karl Marx sustraen de esa referencia toda la maquinaria filosófica que está contenida en esa obra y que es el sostén principal de la misma. Haciendo un símil, es como quitarle al agua el oxígeno y pretender que sigamos teniendo agua; el Capital sin filosofía ya no es el Capital. Debido a esa conducta es habitual encontrarse con infinidad de marxistas que ponen en boca de Marx cosas que él nunca dijo. Uno de ellos dice: “Marx distingue apariencia de realidad y nos explica como la apariencia se opone a la realidad, ocultándola”. Marx no puede afirmar tal cosa porque el modo de saber de Karl Marx es el de la dialéctica, y ese  modo de saber lo que nos explica es que lo que se opone a apariencia es esencia y no realidad, y que la realidad es la unión de apariencia y esencia; tan real es la apariencia como lo es la esencia. Un objeto, un fenómeno, es una unidad de apariencia y esencia; lo que la apariencia oculta no es la realidad sino la esencia. Veamos un ejemplo. El movimiento de rotación sobre su imaginario eje de la Tierra aparece, para el observador que se encuentra en el planeta, como el movimiento aparente del Sol alrededor de la Tierra. Ese movimiento aparente del Sol alrededor de la Tierra constituye la apariencia del movimiento de rotación de la Tierra. Podemos afirmar, claro está, que no es real que el Sol gire alrededor de la Tierra, pero al mismo tiempo hemos de afirmar que ese movimiento aparente del Sol forma parte de la realidad, como apariencia; la otra parte de esa realidad es el movimiento de rotación de la Tierra, su esencia. La realidad del movimiento de rotación de la Tierra es la unidad de su esencia y su apariencia.

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