En la fama tienen la esperanza
puesta los mediocres. Mediocres
son los hombres que están,
que están pero no son,
que vienen pero no llegan
y que, si llegan, no alcanzan.
De etiqueta, cumplidores diarios,
se empapan de mercromina
los domingos, se hacen los muertos
y disculpan la misa.
Desde mí y contra ellos,
infinitos puntos subversivos.
Definitivamente,
cuando suben a la fama
los mediocres se transforman
en poemas sin versos,
en multitudes sin nadie.
Abril 1984
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