lunes, 25 de octubre de 2021

Nómada Emocional

 Por Guacimara Socorro

Si un ser no se entrega a otros seres cabalgando entre uno y otro como un regalo que aparece, en forma de paquete, caído del cielo. Si esa entrega no sucede de manera permanente, con la desdicha de dar su absoluto tiempo y su auténtica y única energía; no sólo no verá en el reflejo de ningún roto espejo la figura descuidada, deshidratada y en desequilibrio en que pudo haberse convertido, pudiendo llegar a ser estos unos cambios irreversibles en su persona. No verá tampoco el reflejo desnudo y desnutrido de la silueta triste y vieja de aquel que cayó del cielo siendo bondadoso y complaciente con los unos y los otros, aunque terriblemente débil y cruel consigo mismo.
Inconsciente e inocente como un recién nacido, allá donde creía que dejaba su amor incondicional, solo marcaba las huellas de su temible soledad a su paso por la vida de otros, mientras iba desdibujando el poco amor propio que tenía con cada entrega.
Una persona encuentra un óptimo estado emocional para vivir y desarrollarse cuando se respeta y no se permite ser un nómada emocional. 

 

 

Guacimara Socorro forma parte del grupo de estudio El Saber de la Filosofía

jueves, 21 de octubre de 2021

Ausencia Omnipresente


 

Por Alejandra Casado Salcedo

Sin querer te busca, y no consigue andar tranquilo
por si se topa con tu presencia hecha ausencia en lo cotidiano.
A su pesar, busca tu pelo largo y tu andar airoso.
A veces, cree escuchar el sonido de tu risa y, sin querer,
tropieza con tu perfume por las calles.
Fracasa una y otra vez creyendo reconocerte en desconocidos.
Se pregunta quién de los dos persigue al otro.
Se pregunta cuándo tu ausencia dejará de ser omnipresente.

 

 

 

Alejandra Casado Salcedo pertenece al grupo de estudio El Saber de la Filosofía




lunes, 18 de octubre de 2021

La Leyenda Negra

 

La Leyenda Negra hace referencia a la conquista de América por parte de España. Motivado por lo visto en una tertulia  donde se debate sobre este tema me decido a exponer mi pensamiento en relación a parte de lo que ahí se dice. [ver vídeo]

 En este debate participa Roberto Vaquero, que se presenta como marxista pero que a la hora de la verdad no se le ve el marxismo por ninguna parte.
Uno de los participantes, ciudadano de Panamá, señala dos cosas importantes, muy importantes, de la Conquista, el exterminio de muchos indígenas y la apropiación por parte de los conquistadores de grandes cantidades de plata y de oro. Ante ese pensamiento solamente uno de los participantes reaccionó de manera constructiva, los demás fueron a la contra, de manera infantil y afectada.
Si Roberto Vaquero fuera un verdadero marxista, esto es, si estuviera bien presente en su cabeza la obra de Marx, El Capital, podría haber intervenido de una manera verdaderamente dialéctica, conduciéndose más allá de las apariencias de las cosas. En El Capital, precisamente, se habla del paso de la pequeña propiedad y explotación de la tierra a la gran propiedad y explotación de la misma. Tanto Marx como Engels veían, como no podía ser de otro modo, ese paso, esa transformación, como un avance para el desarrollo de la Humanidad, oponerse a ello sería reaccionario; pero Marx en el mismo Capital ilustra de forma extensa toda la violencia y robo que surgió en ese tránsito a manos de la nobleza y de la clase capitalista emergente. Lo mismo se puede aplicar a la conquista de América por parte de los españoles, y España se niega a ilustrar de forma clara y extensa toda la violencia y robo a la que fue sometida la población indígena. En Canarias, sin ir más lejos, acabaron con toda la población indígena de las Islas.
Roberto Vaquero acude al pueril argumento de que España liberó a los indígenas del esclavismo y salvajismo protagonizado por los imperios allí reinantes. Aquí se ve lo poco marxista que es este hombre, enfrenta a dos niveles de desarrollo diferentes, para luego poner a uno por encima del otro. Para que se pudiera dar ese enfrentamiento, esa comparación, habría que haber permitido a esas poblaciones desarrollarse, y luego compararlas en el mismo nivel de desarrollo. La Europa civilizada viene de lo bárbaro, de lo salvaje, de la esclavitud, de la servidumbre. Pero es que, además, en la Europa civilizada se dieron dos guerras mundiales, la máxima expresión de la barbarie, cincuenta millones de personas muertas en la segunda guerra.
Javier Rubio, uno de los tertulianos, expone un argumento propio de una guardería: “El oro y la plata que se llevó de América era poca en comparación con la que allí quedó y, además, los indígenas no le daban mucho valor a esos metales preciosos”.
El llevarse más o menos cantidad de oro no depende de la buena voluntad de los ladrones sino que depende del nivel de desarrollo para la explotación de las minas y del descubrimiento de nuevas minas. Veamos una ilustración que, en relación a lo que digo, aparece en el primer tomo del Libro I de El Capital: “No sólo se han descubierto enormes depósitos de plata en las Montañas Rocosas del Oeste Americano, sino que estos y las minas de plata mexicanas se han hecho accesibles mediante ferrocarril, facilitando así la importación de la maquinaria moderna y de combustible y, con ello, la obtención fue plata a mayor escala y con menor gasto”.
Voy sobre el asunto de que los indígenas le daban poco valor a la plata y el oro. Se vuelve a cometer aquí el mismo error anteriormente señalado, se comparan dos niveles de civilización muy distintas y muy distantes. Dice Marx: "el dinero (papel moneda) tiene valor porque circula y el oro circula porque tiene valor". ¿Por qué los conquistadores españoles y no españoles se apropiaban de oro y plata? Porque el oro y la plata, en la civilización de la que ellos formaban parte, eran directamente dinero. Ese oro y esa plata sirvió para que España alcanzara un desarrollo material mucho mayor al de los pueblos conquistados. Dejemos que hable Cristobál Colón: "El oro es algo maravilloso. Quien lo posee es dueño de todo lo que desee. Gracias al oro se pueden incluso enviar almas al paraíso". Contenido en una carta escrita desde Jamaica en 1503.
Un último argumento, argumento de bisutería, que se usa en contra de las personas de Hispanoamérica que quieren sacar a relucir toda la violencia y robo a la que fue sometida la población indígena: “Los ladrones y violentos son ustedes, los que se quedaron ahí, nosotros nos fuimos”.
Los que se fueron son España, la que disfrutó de todo el oro y la plata robada, que le sirvió para su desarrollo, los que se quedaron, ya sean autóctonos, mestizos o criollos, forman parte de la América atrasada, de la América que no dispuso de todos esos recursos de oro y plata para su desarrollo.
En esta tertulia se refleja una verdad eterna: la historia la escriben los conquistadores. Creo yo que va siendo hora que la Historia la escriban los conquistados.


domingo, 17 de octubre de 2021

La generosidad sedentaria

 


Por Vanesa Cabrera Medina

 Cree el hombre ser generoso con el prójimo cada vez que la vida da una sacudida, y cree el hombre ser generoso y de gran espíritu cuando da y no espera nada a cambio. Pero abunda el hombre que cree en la generosidad de palabra, que nace de la pobre empatía que limita el esfuerzo y se convierte en generosidad sedentaria, esa que obra cuando el ofrecimiento es en masa.

Ser generoso requiere de esfuerzo, de pérdida alguna, de tiempo invertido en lo ajeno. De mirarse al alma para así evolucionar de espíritu.

La generosidad sedentaria abunda, y es la que se muestra sin esfuerzo alguno, la que se muestra a través de opinión vacía de argumento, sin moverse del sofá y que se alimenta del juicio que lleva la corriente. La generosidad de palabra pública y reivindicación pobre.

Porque cree el hombre que ofrece generosidad sedentaria, que dando la misma opinión sin reflexión propia alguna es generoso, pero lo que no cree el hombre generoso sedentario es que destila necesidad enquistada, que deja al descubierto la pobreza de espíritu.

 

Vanesa Cabrera Medina forma parte del grupo de estudio El Saber de la Filosofía

domingo, 10 de octubre de 2021

La Rutina (Por Alejandra Casado)

 



En la rutina se refrenan los excesos, la salud se fortalece y el orden puede reinar.

Diariamente se revela que primero actuamos y luego somos, que nos definimos por lo que producimos; por cómo de partícipes nos hacemos de nuestra propia existencia. Y las consecuencias que siguen a esto, tanto nos motivan a la acción como nos presionan.

Nos asusta retornar al bucle rutinario cuando tenemos el placer de abandonarlo temporalmente, porque tememos asumir responsabilidades, sentirnos angustiados y envueltos en la monotonía de lo cotidiano.

La trampa de la rutina es fuente de enajenación, y “lo importante” queda tergiversado a su gusto. Su faz negativa permite a los espíritus planos existir como agua estancada, a los faltos de espontaneidad volverse aún más rígidos, y a los cumplidores satisfacerse con la simple entrega de sus tareas.

En la rueda rutinaria, reconocemos una doble cara: el poder mantenernos estables interiormente, y que esa estabilidad nos conduzca amargamente hacia la quietud.

 

Alejandra Casado forma parte del grupo de estudio: El Saber de la Filosofía

lunes, 4 de octubre de 2021

El alimento espiritual (por Patricia Suárez)


Igual que alimentamos nuestro cuerpo, nuestro espíritu recibe alimento. De la mano del hombre está escoger con qué tipo de alimento sacia su espíritu. Existen espíritus que optan por alimentarse de la debilidad del prójimo. Aprovechan la ceguera, la inconsciencia del otro para aleccionar, predicando sin ejemplo alguno.
Construyen así una aparente fortaleza, dependiendo siempre de la desgracia ajena para salvaguardar su falsa seguridad. Desconocen estos espíritus que su fortaleza es de la consistencia de una pompa de agua y jabón. Basta solo el tiempo para romperla. Y es que aunque el tuerto sea rey en el país de los ciegos, corre el tuerto el riesgo de que algún ciego se despierte un día, de su no eterno sueño.

  

Patricia Suárez forma parate del grupo de estudio: El Saber de la Filosofía