sábado, 21 de noviembre de 2015

El anterior jefe de estado



Para tener la plena certeza de que un determinado material es combustible sólo es  necesario acercarlo al fuego. La derecha española es combustible. Esta derecha, incluida la derecha de Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, se niega a condenar con plenitud la dictadura de Franco, dictadura que en la práctica justifican por el desorden social que, según ellos, reinaba en la II República. Siempre que se pretende condenar la dictadura franquista, esta gente no se coloca en los cuarenta años de dictadura que tuvo que soportar el pueblo español, sino que se coloca en el período de la guerra civil, y ahí reparte culpas a partes iguales, colocando en el mismo plano a los demócratas y a los fascistas del llamado Alzamiento Nacional. Esta derecha confunde malintencionadamente el olvidar con el sancionar; de ese modo se quedan en el período de la que la Guerra Civil Española afirmando que es cosa del pasado destinada al olvido, evitando así el sancionar, el condenar abiertamente el movimiento militar fascista de Francisco Franco. También colocan como cosa del pasado la dictadura misma; Albert Rivera es uno de los que se acogen a esa estrategia, diciendo que cuando él nació la Dictadura ya había desaparecido. Siguiendo ese razonamiento nos olvidamos, y no sancionamos, del nazismo de Hitler, nos olvidamos, y no sancionamos, las innumerables dictaduras fascistas que han azotado al amplio mundo. A las personas que pretenden encontrar los restos de sus muertos, la derecha los desprecia y se ríe públicamente de ellos; el dolor y el sufrimiento que supone que los fascistas que se han quedado con el poder político en tu país, lleguen a tu casa, tú siendo niño, y se lleven a tu padre y a tu madre para no volverlos a ver jamás, ese dolor y sufrimiento amargos que te acompañan para el resto de tu vida, no pasa por la cabeza ni por el flujo sanguíneo de toda esta derecha, de la derecha antigua, la del Partido Popular, y de la derecha moderna, la de Ciudadanos.
Esta derecha nuestra de forma decidida llama dictador a cualquier gobernante soberano que esté opuesto a los intereses del imperialismo americano; esta derecha es abiertamente imperialista, Aznar, del Partido Popular, tiene el triste mérito histórico de iniciar, al lado de los americanos, la guerra imperialista en Irak, algunas de cuyas dolorosas consecuencias están ahora llegando a Europa: los cientos de miles de refugiados sirios y el brutal y criminal atentado terrorista perpretado por el llamado Estado Islámico.
Estoy viendo una tertulia en 13TV la televisora de la derecha, la de los obispos, el moderador entrevista a uno de los médicos que atendió en los últimos días de su vida a Francisco Franco Bahamonde, ¿cómo creen ustedes que este moderador ese refiere al mencionado personaje, como el dictador Franco?, nada más lejos de la realidad, se refiere a él como el anterior jefe de estado; verdaderamente repugnante. Este mismo moderador cuando se refiere, por ejemplo, al presidente soberano de Venezuela, elegido democráticamente, Nicolás Maduro, dice, sin reparo alguno, el dictador Maduro.
Para tener la plena certeza de que un determinado material es combustible sólo es necesario acercarlo al fuego; la derecha española es combustible, lo fue en el pasado y lo sigue siendo en el presente.

martes, 20 de octubre de 2015

El Espantapájaros



En la televisión he asistido al debate entre Albert Rivera y Pablo Iglesias, la derecha moderna y concreta contra la izquierda descamisada y abstracta. Un auténtico líder contra un espantapájaros que, a día de hoy, hasta los pájaros menos inteligentes ya han descubierto que el ultra vanidoso ser de la coleta es, escuetamente y llanamente, un espantapájaros; los que todavía no se han enterado de ello son aquellos que se dejan liderar por este ser tan poca cosa, en lo intelectual y en lo político; ya no enarbola el hombre su famoso curriculum de veinte páginas. La Santísima Trinidad (ellos se presentan siempre como seres sin mácula) que dirige a la formación política Podemos, Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero, es una manifestación personificada de lo que son defectos seculares de la extrema izquierda; señalaré alguno de estos defectos. En la actividad política, confundir gobierno con activismo; cuando, por ejemplo, llegan a la alcaldía de un ciudad tan importante como Barcelona, lo primero que hacen es sacar de la sala de plenos del ayuntamiento el busto del rey Juan Carlos, sin percatarse que con ese acto, ni con ningún acto del mero activismo político, se consigue transformación social alguna. Para que se comprenda cuan pernicioso puede llegar a ser esta conducta de la extrema izquierda, en China, cuando la Revolución Cultural, los activistas, que se contaban por millones, para desplazarse a la capital, a costa del erario público, ocupaban los trenes que debían transportar las materias primas para la producción en las fábricas, paralizando de ese modo la producción a nivel nacional, con las graves consecuencias sociales que tales actos acarreaban. Otro defecto: el ser teorético, propio de los universitarios de izquierda que se entretienen, con el sofisticado palabrerío de apariencia  científica y filosófica. Por teorético entiendo yo aquel pretendido saber teórico que carece de conexión alguna con la práctica y que carece  de los más elementales conceptos. Si esta conducta de lo teorético se aplicara a la actividad práctica de, por ejemplo, la construcción de aviones, sería imposible poner en el cielo el más simple avión, y si se lograra ponerlo en el cielo, éste vendría rápidamente al suelo, al encuentro de su definitiva destrucción. Detrás de esos gigantescos aviones que surcan nuestro cielo hay, entre otros, un enorme saber teórico, que no teorético, en la Física y en las Matemáticas. Detrás de una transformación social que acabe con la estructura económica-social capitalista tiene que haber un amplio saber teórico que te acerque a la práctica y no que te aleje de ella. Esta Santísima Trinidad tiene siempre la lengua activa pero su cerebro quieto, en estado de coma permanente.
El puro activismo confunde siempre el querer con poder, el desear con proponer. No tienen presente nunca su fuerza real, su poder real para alcanzar aquello que dicen que quieren. No tienen presente el mundo en el que viven, un mundo capitalista dominado por el todopoderoso capital financiero, y se enfrentan a ese poder desde la emoción y el postureo y desde el, cada vez más vacío, grito de “¡Si se puede!”,  para al final llegar a la desastrosa y penosa meta a la que llegó Syriza en Grecia. Pero cuando a Pablo Iglesias, poniéndole el ejemplo de Grecia, le señalan que no se debe prometer aquello que no se puede alcanzar,  él, un hombre que es un niño, un inseguro y acomplejado niño, sale argumentando con este tremendo disparate, con esta tremenda quijotada, que no se le ocurre ni al que asó la manteca: “está bien luchar por aquello que no se puede conseguir”.
Así de inmadura, infantil, aventurera e irresponsable es esta izquierda bufa, que embarca a millones de personas en una suicida aventura, para al final, cuando llega la derrota, terminar retirándose, sin coste alguno para ellos,  al mundo de donde jamás debieron salir, el raquítico mundo del devaneo mental de los que se consideran así mismos como la izquierda pura. El daño ya lo hicieron : impedir la consolidación de una auténtica y sólida fuerza de izquierda radical, de una izquierda que tenga como aspiración futura la construcción de una sociedad socialista.

viernes, 25 de septiembre de 2015

La derecha que repugna


Estoy viendo 13TV, la televisión de la derecha, de la derecha que no termina de desprenderse de la herencia franquista, de la derecha de la Santa Madre Iglesia, de la derecha que defiende el derecho a la vida de los no nacidos, de la derecha que tiende a ponerse extrema apenas pierde poder. Habla el ministro de asuntos exteriores, Margallo, perteneciente al derechista partido Popular. Están tratando el asunto del cierre de frontera con Colombia por parte del gobierno de Venezuela; se pueden imaginar cómo ponen al gobierno venezolano esta “democrática” gente, por el suelo, y por debajo del suelo, allá junto al mismísimo Diablo. No hay imágenes de vídeo de lo que sucede en la referida frontera, no les interesan las imágenes porque no pueden encontrarle falta alguna al comportamiento de la fuerza armada venezolana que controla el paso fronterizo.
La TVE ha hecho un reportaje sobre este tema y, aunque busca y rebusca, le cuesta sacar leña de un árbol que a ellos le gustaría que fuera un árbol caído, el árbol de la revolución bolivariana. A esta televisión no le queda más remedio que mostrar el problema tal cual es: (1) Colombianos que cruzan la frontera para comprar en Venezuela alimentos de primera necesidad a precios muy bajos, porque están subvencionados por el gobierno, para revenderlos en Colombia. (2) Colombianos que vienen a comprar gasolina, que también está subvencionada, para venderla a un precio muy superior en Colombia. De todo ello muestra imágenes la TVE. El canal de televisión 13TV no muestra nada de ello, tampoco lo hacen otras cadenas de televisión que siempre están arremetiendo en contra del gobierno venezolano, lo que demuestra que la libertad de expresión es un puro cuento, la libertad de expresión la tienen el capital financiero y sus intereses imperialistas, los pobres y los oprimidos no tienen libertad de expresión alguna.
En la referida frontera no se ha levantado muralla alguna. No ha habido represión alguna de los ciudadanos colombianos. Además, los gobiernos de Colombia y Venezuela han comenzado a reunirse para tratar la solución del problema conjuntamente; de lo cual tampoco nos informan nuestros medios de comunicación que se proclaman libres e independientes. Al mismo tiempo, aquí, en Europa, la abanderada de la democracia y de los derechos humanos, el gobierno de Hungría ha levantado muros para impedir el paso de los refugiados sirios, para reprimirlos el gobierno húngaro a empleado a la policía y al ejército. Una tertuliana de 13TV argumenta que los húngaros no son solidarios porque han vivido durante largo tiempo en la educación materialista propiciada por la Unión Soviética; estúpido e infantil argumento. Hoy me entero de que el actual gobierno húngaro es de derecha, aliado, además, con un partido de extrema derecha. El gobierno húngaro es de la ideología a la que esta tertuliana pertenece, son del mismo equipo, la ideología que defiende la vida de los no nacidos, el derecho a la vida de los nacidos, el derecho a la vida de, por ejemplo, cientos de miles ciudadanos sirios, no sólo no lo defiende sino que, además, siempre que  puede lo pisotea. Esta derecha es una derecha que repugna, una derecha que incendia la sangre del hombre, y de la mujer, de bien.

domingo, 6 de septiembre de 2015

El erudito Pablo Iglesias

Pablo Iglesias, líder de la formación política Podemos, es el prototipo del hombre erudito. La erudición se basa en la acumulación de información, información no jerarquizada, información que no distingue lo esencial de lo accesorio, información que no distingue la particularidad de lo universal, información internamente inconexa. El opuesto al saber erudito es el saber conceptual, que no se pierde en las particularidades, y que distingue la esencia de algo de su apariencia, que distingue la cosa del modo de manifestación de esa cosa. El saber erudito es fruto del leer mucho y estudiar poco, por el contrario, el saber conceptual es fruto del estudiar mucho y leer poco. El saber erudito no se libera de lo particular, el saber conceptual se mueve en lo universal, y cuando acude a lo particular es para ilustrar lo universal. No hay conceptos en la cabeza de Pablo Iglesias, hay datos, de cuya posesión él se siente, de manera infantil, tremendamente orgulloso.
En una entrevista que le hacen en la radio, sale a relucir el tema de la propiedad de los medios de comunicación y la libertad de expresión. El periodista afirmaba que la emisora de radio a la que él pertenecía no era de un propietario sino de un sinnúmero de accionistas. Pablo Iglesias decía que seguro que el accionista principal era prácticamente el dueño, porque éste tendría el 40% de las acciones. No pudo ir más lejos el amigo Pablo Iglesias, su cabeza llena de datos y carente de conceptos no le da para más. El conocimiento que tiene de la sociedad en la que vive, la sociedad capitalista, es pobre, es simple y es vulgar.
La emisora de radio en cuestión es Onda Cero que pertenece al grupo Atresmedia. Atresmedia posee cinco canales de televisión y dos emisoras de radio. El accionista principal de este grupo es Planeta Agostini (41,70%), que, a su vez, es la unión del grupo Planeta y el grupo De Agostini. El grupo Planeta está en manos de Inversiones Hemisferio, que pertenece a la familia Lara. Atresmedia es un monopolio al lado de otro monopolio, Mediaset. ¿Qué nos dice esencialmente toda esta información? Que la libre competencia, en el capitalismo desarrollado, genera el monopolio, la concentración de la producción, producción en este caso de cine, televisión y radio, la concentración de la propiedad en cada vez menos manos, las manos de la clase capitalista. La empresa “madre”, Inversiones Hemisferio, pertenece a una sola familia, familia que, a través de la participación de unas empresas en otras, controla un capital muchísimo mayor de lo que esta familia verdaderamente posee. Inversiones Hemisferio no es una empresa industrial ni comercial, no es una empresa productiva, es una empresa esencialmente financiera, es una empresa del capitalismo parasitario. El monopolio, la concentración de la producción y del capital, el dominio del capital financiero sobre el capital industrial y el capital comercial, el control, poseyendo un capital relativamente pequeño, de grandes capitales, mediante la participación de unas empresas en otras, el carácter cada vez más parasitario de la clase capitalista, es lo propio del capitalismo desarrollado.
Pablo Iglesias afirmaba en la referida entrevista que la alternativa al monopolio consistía en volver a la libre competencia, a disolver las empresas grandes en empresas pequeñas, esto es, ir hacia atrás en la historia de la humanidad. Esta propuesta es una propuesta absolutamente reaccionaria. Y ya que estamos caminando hacia el pasado, por seguir la inclinación del erudito Pablo,  no hagamos parada en el capitalismo originario de la propiedad privada y de la libre competencia, sigamos caminando hasta que alcancemos el arcaico mundo de las sociedades del comunismo primitivo. 

En el capitalismo desarrollado, la libre competencia y la propiedad privada, dos esencias del capitalismo, caminan hacia sus contrarios, hacia su negación; la libre competencia se disuelve en el monopolio y la propiedad privada se disuelve en la propiedad social, en la propiedad por acciones. Este salto cualitativo de la propiedad privada de las grandes empresas a la propiedad social de las mismas, se habrá completado cuando esta propiedad social sólo de accionistas pase a ser propiedad social de toda la sociedad en su conjunto.
La izquierda, sea radical o reformista, Pablo Iglesias incluido, trata, en general, el asunto de la propiedad privada, como un asunto esencialmente político, como un asunto esencialmente de justicia social, y no como un asunto económico, que es fruto de un larguísimo proceso histórico. La propiedad privada que está en cuestión, no es la propiedad privada abstracta, la propiedad privada en general, es la propiedad privada capitalista, la propiedad privada de la clase capitalista, a la que se ha llegado en el transcurso de siglos y de la manera más violenta y sangrienta. El paso de la propiedad privada capitalista a la propiedad socialista, a la propiedad de toda la sociedad en su conjunto, no es algo que pueda imponerse por mera voluntad política, independientemente del tiempo histórico y del lugar, independientemente del modo de producción y del desarrollo económico. Es en el mundo capitalista desarrollado donde están dadas las condiciones económicas para la definitiva transición de la propiedad privada capitalista a la propiedad socialista. No es en el tercer mundo donde se da esa posibilidad, que es lo que una buena parte de la izquierda cree, incluido Pablo Iglesias, que piensa que la abolición de la propiedad privada capitalista es un asunto de mera voluntad política. Dice Karl Marx: “Si la sociedad tal cual es [la sociedad del capitalismo desarrollado] no contuviera, ocultas, las condiciones materiales de producción y de circulación para un sociedad sin clases, todas las tentativas de hacerla estallar serían otras tantas quijotadas”.
Toda cosa al desarrollarse se niega a sí misma. Desarrollarse es determinarse. El capitalismo al desarrollarse se niega a sí mismo. Determinatio est negatio, dice la proposición de Spinoza.





jueves, 27 de agosto de 2015

Iguales ante los ojos de Dios



Nuestro concepto de la historia está en parte determinado por la enorme cantidad de cine americano que hemos visto y que seguimos viendo. Estoy pensando ahora en una película titulada “El patriota”, que trata de la guerra por la independencia de América del Norte contra la Corona Británica. El ejército americano está en clara desventaja en relación al ejército inglés y se hace necesario acudir a las inexpertas manos, en lo que a lo militar se refiere, de los granjeros. Uno de estos granjeros, el protagonista, se ve arrastrado a participar en la guerra porque delante de sus propios ojos un coronel británico asesina a uno de sus jóvenes hijos. En uno de los planos de la película se ve a este granjero arando la tierra, y en otro plano se ven sirvientes negros en su casa. ¿Un esclavista trabajando el mismo la tierra? Una visión idealizada y tergiversada de la realidad.
En el momento de reclutar a los granjeros, que libremente se sumaban a la guerra, uno de ellos se acerca a la mesa, donde los reclutas estampaban su firma, diciendo que él estaba impedido para la acción bélica pero que en su lugar iría su negro; se acerca este hombre negro, que no sabía leer ni escribir, y cuando su amo pretendía firmar por él, el protagonista ordena que el hombre negro haga una cruz, que eso valía como firma, manifestando con ese acto que no se hacía distinción entre blancos y negros. Es recurrente en el cine americano tratar el esclavismo no como una brutal y criminal explotación de los negros que comienza con el sangriento negocio, del que participaba ampliamente la propia corona británica, del tráfico y venta de esclavos, sino como un asunto ético: esclavistas que tratan bien a sus esclavos y esclavistas que tratan mal a sus esclavos; no se cuestiona verdaderamente al esclavismo, sino a la relación ética que los amos tienen con sus esclavos.
Tenemos, pues, un esclavo negro luchando por la independencia de América del Norte, por los intereses económicos de sus explotadores, y no por la abolición de la esclavitud, no por reclamar la propiedad de la enorme riqueza por los esclavos producida, que existe como propiedad privada en manos de los esclavistas.
En una ocasión uno de los milicianos desprecia a este hombre negro por no saber leer ni escribir, el hijo del protagonista, soldado del ejército de los sublevados, le dice que no se preocupe, que una vez alcanzada la independencia se edificará en América un verdadero Nuevo Mundo, donde todos serán iguales ante los ojos de Dios. Se gana la batalla decisiva, se gana la guerra, el protagonista vuelve a sus tierras, y en el lugar donde estaban las cenizas de su casa, fruto de la acción de los “malvados” casacas rojas, se estaba construyendo ahora una nueva casa para él y su familia; el hombre negro era uno de los que participaban en la edificación, éste le dice al protagonista: “ ahora todos somos iguales ante los ojos de Dios”, seguidamente se dirige a la esposa del protagonista, y, quitándose su sombrero, dice de modo servil: “señora”. La igualdad la verá Dios, que es todopoderoso, pero yo no la veo por ningún parte. Igualdad habría si el protagonista apareciera también trabajando en la construcción de una casa igual a la suya, para el hombre negro y su familia. Igualdad habría si el protagonista fuera propietario de lo que socialmente, junto a otros hombres negros, produce, ya sea como trabajador esclavo o como trabajador asalariado; pero tal igualdad está aún por llegar a este nuestro mundo que llamamos Tierra, y por eso es imposible representarla en el cine, ni mediante ningún otro arte.

sábado, 30 de mayo de 2015

Arte y Realismo


De la tierra del gigante Hegel vengo, Alemania. Una joven muchacha, alumna de dos profesoras que estudian con mi método de educación musical y pensamiento, participó en el Jugend Musiziert, dentro de la categoría “Musicales”. El musical elegido, parte del mismo, fue West Side Story de Leonard Bernstein. El jurado señaló dos cosas negativas de la ejecución del musical: (1) No resulta creíble que una joven pobre de Puerto Rico pueda bailar como si hubiera recibido una alta educación en la Danza. (2) El monólogo final es muy filosófico para que pueda ser dicho por una joven pobre de Puerto Rico. Resulta muy frustrante que un largo y elaborado trabajo de muchos meses, el realizado por la alumna y por sus profesoras, sea juzgado en un santiamén por un jurado que tiene un concepto del arte tan superficial, tan vulgar y tan pueblerino.
Ante esta crítica lo que en primer lugar hay que señalar es que tal crítica afecta al contenido del libreto del musical en cuestión, y no a la interpretación del mismo. Lo que se ha de juzgar es la interpretación y no la creación.
El intérprete de un Musical se enfrenta a tres disciplinas artísticas: Canto, Danza y Teatro. Si seguimos la lógica de este jurado, la de que no resulta creíble que una joven pobre de Puerto Rico pueda bailar como si tuviera una alta educación en Danza, tampoco resultaría creíble que cantara como si tuviera una alta educación en Canto y que actuara como si tuviera una alta educación en Teatro. La lógica de este jurado es la lógica de la dictadura de lo absurdo; digo dictadura porque el que juzga sin saber, dando premio o negando premio, hace un ejercicio de impune dictadura. Este jurado, de profunda y escandalosa ignorancia, confunde la realidad social del personaje con la capacidad artística del intérprete, capacidad que cuanto más grande sea mayor será su calidad como interprete.
Dice Hegel que el concepto vulgar que del arte se tiene es que cuanto más fielmente el arte copia la realidad más elevado es. Este es el concepto que este jurado tiene del arte, a las pruebas me remito. Si el arte tuviera como lo más elevado copiar fielmente la realidad, llegaríamos al inevitable resultado de que el Original (la realidad) sería siempre superior a la Copia (el arte), la existencia del arte, entonces, carecería de sentido. El arte es arte porque supera con creces a la realidad, colocando junto a esta realidad algo distinto a ella. El arte es arte en la medida que supera la superficie de la realidad y penetra en su profundidad.
Pensemos, por ejemplo, en El Quijote de Cervantes, en el momento en que un cabrero cuenta la historia del desgraciado en amores, Grisóstomo, una historia contada en elevado arte literario, tanto en el contenido como en la forma. Si nos guiáramos por el vulgar concepto que del arte tiene el referido jurado tendríamos que desechar esta parte del de El Quijote y, ya puestos, tendríamos que desechar El Quijote entero. El verdadero arte literario no consiste en reproducir fielmente el cabrero de la época donde se sitúa El Quijote, sino que consiste en crear un cabrero, el de la obra literaria de El Quijote, que sea distinto al cabrero de la realidad y que se eleve por encima de éste. Está el cabrero de la realidad y está el cabrero de la Literatura, si ambos fueran lo mismo ¿qué sentido tendría el arte de la Literatura? Lo mismo cabe plantearse para todas las artes.

lunes, 26 de enero de 2015

La cosa refleja


 
En El Capital de Karl Marx se aprende que la mercancía es un objeto doble: valor de uso y valor. En esta obra, a pie de página, aparece lo siguiente: “En el siglo XVII suele encontrarse todavía entre los escritores ingleses la palabra worth por valor de uso y value por valor de cambio, como corresponde enteramente al espíritu de una lengua que gusta de expresar la cosa directa en términos germánicos y la refleja en latinos.” El valor de cambio es la cosa refleja del valor de la mercancía; dicho de otro modo, el valor se refleja como valor de cambio.
Pensemos en el movimiento de rotación de la Tierra. Para un observador situado en la Tierra, el movimiento de rotación de la Tierra se refleja como movimiento del Sol alrededor de la Tierra. El movimiento aparente del Sol alrededor de la Tierra es la cosa refleja. Para un observador situado en el Espacio, el movimiento de rotación de la Tierra se refleja como movimiento de la unidad sombra-luz en la Tierra. El movimiento de la unidad sombra-luz en la Tierra es la cosa refleja.

martes, 20 de enero de 2015

En el más allá



Vamos con Hegel, en Introducción a la Historia de la Filosofía: “La historia de la Filosofía muestra, por una parte, los límites, lo negativo de los principios, pero, por otra parte, también lo afirmativo de los mismos. Nada es más fácil que mostrar lo negativo en ellos. Cesa la justificación de la conciencia que se sitúa a más altura que el juzgador cuando se reconoce lo negativo en ello. Esto adula a la vanidad. Si se refuta algo, entonces se está más allá. Y si se está más allá de alguna cosa, entonces no se ha penetrado en ella.”
Donde está Filosofía ponemos Política, y donde está principios ponemos principios de la Política de Izquierda. Estoy pensando en la formación política Podemos, más concretamente en dos de sus dirigentes más destacados: Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero. Principio de la política de izquierda es distinguir entre izquierda y derecha. Dice Francisco Umpiérrez en su artículo Oportunismo y Religión: “Debe pensarse que la diferencia entre izquierda y derecha es la expresión política de la diferencia entre capital y trabajo”. Pero estos líderes insisten que ellos están más allá de la distinción entre izquierda y derecha, esto es, están más allá de la diferencia entre capital y trabajo. Ellos señalan lo negativo de la Política de Izquierda. Dicen, por ejemplo, que PSOE y PP, son la misma cosa y que Izquierda Unida es una formación política a superar. Ellos son la expresión más extrema de la vanidad, y sólo son capaces de negar, de refutar, porque carecen de la capacidad de justificar, esto es, carecen de la capacidad de ver la necesidad de la existencia de determinados principios. Ellos niegan absolutamente al PSOE y a Izquierda Unida; afirmar no es lo suyo, lo suyo es refutar. Si se refuta algo, entonces de está más allá. Y si se está más allá de alguna cosa, entonces no se ha penetrado en ella. Iglesias y Monedero, siempre han estado más allá de la realidad política y económica de España y de Europa, no han penetrado en ella. Antes cuando eran unos desconocidos y transitaban en el espacio de las minorías, se situaban más allá al afirmar, por ejemplo, que Venezuela era el paradigma para los países del sur de Europa; ahora que son famosos y han abandonado el espacio de las minorías, se siguen situando más allá, al hacer propuestas económicas que se presentan como independientes de la estructura económica en la que vivimos, la del sistema capitalista, y de la fuerza política que verdaderamente se tiene para la realización de esas propuestas. Ellos mismos, de hecho y no de palabra, han reconocido que están más allá,  al pasar de ofrecer el oro en las elecciones europeas a ofrecer el bronce en la  elecciones nacionales. Y por el camino que van terminarán, desde el más allá, ofreciendo plástico. 

martes, 13 de enero de 2015

El capital en el siglo XXI



Thomas Piketty es por lo visto el economista de moda; economista de izquierda, más precisamente, economista de izquierda burguesa. Hasta donde tengo leído, este libro es un producto del saber erudito; la erudición es el conocimiento que se basa en la mera acumulación de información, y que se opone radicalmente al conocimiento basado en el pensamiento reflexivo y conceptual, El Capital de Karl Marx es fruto de este conocimiento. La erudición frente al pensamiento reflexivo y conceptual, es como una hormiga frente a un elefante. El libro de Piketty es para la lectura, el Capital de Marx es para el estudio de toda una vida. El libro de Piketty es para enmascarar el carácter explotador y parasitario del sistema capitalista, el Capital de Marx es para todo lo contrario. A Piketty lo sitúo yo frente a Francisco Umpiérrez, cualquier artículo de economía política elaborado por Umpiérrez es más profundo y científico que todo el libro de Piketty, donde la estadística se pretende presentar como saber científico. El saber que no va más allá de las apariencias de las cosas no es un saber científico; el saber científico es aquél que es capaz de distinguir esencia de apariencia. Vivimos en una sociedad en decadencia, de modo que el pensamiento que circula es el pensamiento superficial, el pensamiento de la erudición, en detrimento del pensamiento de la reflexión y del concepto; es por ello que Piketty es el gran conocido y Umpiérrez el gran desconocido, el primero milita en la causa de la defensa del Capitalismo, desde el lado de la izquierda burguesa, el segundo milita en la causa de la defensa del Socialismo, desde el lado de la izquierda radical. Piketty vive del éxito exterior, Umpiérrez vive del éxito interior, esto es, del verdadero éxito.

lunes, 5 de enero de 2015

SOCIALISMO OCULTO



Estoy en el libro de Niall Ferguson, El Triunfo del Dinero. Con esto me encuentro: “El precio del rescate por parte del Estado es el control por parte del Estado, y los bancos estadounidenses ya están viendo limitada su libertad de acción en lo relativo a la retribución de sus ejecutivos y la contratación de extranjeros”.
En Septiembre de 2008 se produjo en EEUU la quiebra del banco Lehman Brothers y el rescate por parte del Estado de AIG, la mayor aseguradora del mundo. Esto llevó a una crisis a nivel mundial, que acarreó el siguiente coste:
Decenas de billones de dólares.
Millones de desempleados.
Duplicación de la deuda nacional de EEUU.
Los dos primeros elementos de este brutal coste, coste social, que acabamos de señalar fue de alcance mundial. La pregunta ahora es: ¿En qué medida todas estas dramáticas consecuencias afectaron a los altos ejecutivos de, por ejemplo, Lehman Brothers? En ninguna medida; los cinco ejecutivos más altos de esta entidad bancaria ganaron entre los años 2000 y 2007 mil millones de dólares, ganancia que, después de la quiebra, siguió siendo suya. Resulta por ello criminalmente escandaloso que este hiperdefensor del cada vez más parasitario régimen económico capitalista, Niall Ferguson, no se ocupe del inmenso coste social que ha supuesto el hecho de que que el control de las empresas financieras estén en manos privadas: (1) los recursos en billones de dólares empleados en afrontar la crisis, (2) los millones de desempleados y (3) el descomunal aumento de la deuda pública. Lo que le preocupa a este hombre es que los astronómicos sueldos de los altos directivos de los bancos se vean limitados. No le preocupa el coste social que supone que el Estado rescate una gran empresa que va a la inevitable quiebra, lo que le preocupa es el coste privado que ese rescate puede conllevar: la limitación de los ingresos de los altos ejecutivos. Niall Ferguson, y los que respiran y piensan como él, no tienen interés alguno por liberar de la  pobreza a los muchos, su interés es asegurar la parasitaria riqueza de los pocos. 
Cuando los defensores del capitalismo quieren negar la viabilidad del Socialismo ponen como ejemplo el derrumbe de la Unión Soviética; en esa defensa participa la izquierda burguesa, y la izquierda radical se queda sin argumentos. No son capaces de ver  el Socialismo hacia el que empuja el Capitalismo desarrollado. Un principio del capitalismo original es el de la propiedad privada de las empresas, pero el capitalismo en su desarrollo ha convertido la propiedad privada de las empresas en propiedad social de accionistas. El capitalismo en su desarrollo entra en crisis cada vez más a menudo y es el Estado, lo público, lo social, el que acude en su rescate. La propiedad social de las grandes empresas y el rescate, en los momentos de crisis, de las mismas muestran una y otra vez la tendencia hacia el Socialismo. Esos cinco altos ejecutivos a los que nos referimos anteriormente son, por el tamaño de sus ingresos, miembros de la clase capitalista; no son capitalistas propietarios de empresas de la época del capitalismo original, capitalistas productivos, sino que son capitalistas parasitarios totalmente innecesarios para el funcionamiento de la economía productiva.
Así como en el paso del Feudalismo al Capitalismo, la clase feudal se fue perfilando como innecesaria, hasta su desaparición; en el paso del Capitalismo al Socialismo (la época en la que vivimos) se está perfilando como innecesaria la clase capitalista, hasta que llegue el momento de su inevitable desaparición.