En el libro Introducción a la Historia de la Filosofía de Hegel encontramos lo siguiente: “Se presentan dos aspectos con relación al comportamiento del principio de una filosofía, un aspecto negativo y otro positivo. El lado negativo es la comprensión de la unilateralidad de un principio; el positivo o afirmativo es la comprensión de que es un momento necesario de la idea”.
Cualquier filosofía tiene que ser comprendida desde dos lados, el lado negativo y el lado positivo. El lado negativo es su unilateralidad, el lado positivo es su necesidad. Pensemos en la Física. En la Física de Newton se considera que la velocidad de la luz es infinita; mientras que en la Física de Einstein se considera que la velocidad de la luz es finita. El lado negativo de la Física de Newton es su unilateralidad, que consiste en que sus leyes son sólo aplicables a distancias no demasiado grandes; su lado positivo es su necesidad, que consiste en que es una etapa necesaria del desarrollo de la Física en su conjunto (la idea).
Le damos la palabra nuevamente a Hegel: “En el brotar el árbol de su germen. Las flores son la refutación de las hojas. Ellas (las flores) parecen ser la más elevada, la verdadera existencia del árbol. Pero las flores son anuladas por el fruto. El fruto, que es lo último, contiene todo lo que le ha precedido, todas las fuerzas antes de desarrollar. El fruto no puede convertirse en una nueva realidad sin atravesar todos los grado anteriores”.
El árbol es la idea, la filosofía en su conjunto; la hoja, la flor y el fruto son las distintas filosofías que se van sucediendo en el tiempo, a lo largo de la historia. El aspecto de la negación consiste en que la flor niega (refuta) a la hoja, y el fruto niega (refuta) a la flor. El aspecto de la afirmación es que cada momento del árbol (la hoja, la flor y el fruto) son momentos necesarios en la existencia del árbol, y que en el fruto (la última filosofía) contiene las anteriores filosofías existiendo antes de desarrollar.
Volvamos a Hegel: “En todos los casos se deben reconocer las deficiencias, pero también en todos los casos se debe reconocer lo verdadero. Reconocer los defectos es fácil; pero encontrar lo bueno, esto exige un estudio más profundo, una madurez mayor”.
Pienso en esa izquierda que sólo ve las deficiencias de Europa, sus defectos; pero que es incapaz de ver lo bueno que hay en ella, por falta de estudio profundo, por falta de madurez. Una izquierda que tiene mucha facilidad para negar, pero mucha dificultad para afirmar, por falta de estudio profundo, por falta de madurez.
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