Poema de Carlos Martín Foto de Felipe Molina
¡Allí!
Los anhelados años de la Inocencia
desafiando los carros con sus primeros pasos
allí, en la distancia, me señalan .
Desde mis pies los miro con amargura;
mi desgastado equipaje va tras ellos,
pero mi cuerpo continua su curso.
Con sus manitas se nutren mutuamente;
entre mi sombra y sus pisadas
yacen los restos de mi conciencia.
Ya no recuerdo su forma y su figura,
la primavera se ha ido
y en las mazmorras mis huesos huyen
de las tinieblas inmortales del alba.
Ya no merece la pena
reconciliar el sueño esta noche.
Carlos Martín forma parte del grupo de estudio El Saber de la Filosofía
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