En esta playa, a la que la gente del lugar, con toda la razón del mundo, llaman La Solitaria, la noche ha tomado las últimas posiciones, no hay ya más espacio por conquistar. Resultado de esta conquista lucen estas dos lunas en el cielo despejado, la luna de siempre y una nueva y desconocida luna. Pudiera ser que sean imaginaciones mías, pero no hay nadie por aquí cerca que pueda llevarme la contraria. Hace poco que una joven mujer pasó caminando por la orilla de la playa, pero iba en sus cosas, toda la naturaleza con la que iba tropezando le era ajena; ella andaba en la naturaleza, pero la naturaleza no andaba en ella; así que ella tampoco tendría la experiencia necesaria para llevarme la contraria; sea como fuere hay dos lunas en el cielo. Un doble camino de luz tamizada viene desde el horizonte hasta la orilla, donde las olas hablan en voz baja, hace mucho calor y la mar está en calma. La marea baja, ligero es el ruido, todo está dispuesto solamente para el sentido de la vista. Bienaventurados los que gozan de una vista aguda y sana; no se hizo este momento para los ciegos, ellos tienen otros momentos, donde el sentido del oído es la herramienta más poderosa para captar la realidad plena; nunca llueve a gusto de todos, dice la sabiduría popular.
Me pregunto si no serás tú una de esas dos lunas, si no será esa luna tu alma que quiere mostrarse discretamente, que quiere que sepamos hasta donde es capaz de llegar la bondad humana, que tan escasa es en este mundo, que quiere que aprendamos de una vez por todas lo que es cumplir con el sagrado mandamiento que nos reclama amar al prójimo como a uno mismo. Ya lo dije antes, pudiera ser que esa segunda luna sea tan solo producto de mi imaginación, que anda siempre produciendo mundos y no descansa. Lo que si es seguro es que la transparencia de tu pensar y de tu sentir, que no tienen trampa ni cartón tiene y donde se respira aire puro, no es imaginación de nadie ni es imaginación mía.
Mañana por la noche volveré a esta playa, con la esperanza de correr con la misma suerte. Nada perderé por venir en busca de la realización de esa esperanza. La esperanza, también hay un refrán que lo dice, es lo último que se pierde.
Marzo / 2024
Trabajos de Vicente Umpiérrez Sánchez sobre filosofía, social política, teoría musical crítica y poesía.
miércoles, 20 de marzo de 2024
Las Dos Lunas
domingo, 3 de marzo de 2024
El crimen
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-.
...Que fue en Granada el crimen sabed -
¡pobre Granada-, en su Granada…
Se le vio caminar sólo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
-Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
“Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!”
Se le vio caminar...
Labrad amigos,
de piedra y sueño, en la Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!
Antonio Machado