lunes, 30 de octubre de 2017

Podemos y la dictadura de lo abstracto


Es mucho el daño que la formación política Podemos le ha propiciado a la izquierda y a la democracia en España. Cuando digo democracia, digo democracia burguesa, que es la única democracia posible mientras el mundo siga siendo capitalista; dice Karl Marx que el derecho nunca puede ir más allá de la estructura económica. Solamente la izquierda extremista, a la que pertenece Podemos y sus distintas marcas, es la que cree que la democracia, el estado de derecho, es independiente del modo de producción vigente. En la Grecia antigua, donde reinaba el modo de producción esclavista, existía democracia, democracia que no alcanzaba a los esclavos; era la única democracia posible para esa formación socioeconómica. La oposición que hace Podemos a la democracia burguesa no consiste en combatir ideológicamente al sistema capitalista, sino que consiste en querer sustituir las instituciones democráticas por la agitación en las calles. Esta concepción suya de la democracia es la que la ha llevado, en el asunto del desafío independentista catalán, a estar de hecho al lado del independentismo. Se está al lado del independentismo catalán cuando se participa, y se anima a la gente a participar, en un referéndum, que ha sido suspendido por el Tribunal Constitucional y que, además, es fraudulento: la participación en ese referéndum se presenta como lo democrático, y la aplicación de la ley se presenta como lo antidemocrático. Podemos hace de esa forma la abstracción de dos importantes aspectos, del mandato del Tribunal Constitucional y del fraude llevado a cabo en ese referéndum. Esa realidad concreta del referido referéndum la sustituye Podemos, en el ejercicio de su dictadura de lo abstracto, por la realidad ideal y abstracta, de los que ellos denominan movilización democrática; así es esta formación política: en sus palabras una cosa y en sus hechos, la contraria.
La dictadura de lo abstracto de Podemos fue mucho más allá, manifestando en la práctica que está al lado del independentismo, cuando participó en esa farsa de votación que aconteció en el Parlamento Catalán en favor de la de la declaración unilateral de independencia (DUI), con el Parlamento medio vacío y con la cobardía del voto secreto, que la pura y revolucionaria CUP (izquierda anticapitalista) defendió a ultranza. En el mundo ideal y abstracto de Podemos ellos están en la posición intermedia, en la posición de la pureza democrática, pero en el mundo real y concreto, están al lado de la ilegalidad y de lo antidemocrático, donde se mueve reiteradamente el mundo independentista.
Pablo Iglesias, el funesto y penoso líder de Podemos, después del establecimiento de la DUI, manifiesta que ellos no están ni con la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española ni están con la DUI; no se puede padecer mayor enajenación. Cuando dos cosas están por darse, dices que no estás con ninguna de ellas, y cuando una de ellas se da, te mantienes en el mismo pensamiento; la enajenación de Alonso Quijano. Don Quijote arremetió en contra de una gran manada de carneros y ovejas, y a pesar de que su fiel escudero, Sancho Panza, le señalaba la realidad, él la negaba con firmeza, diciendo: “¿No oyes el relinchar de los caballos, el tocar de los clarines, el ruido de los tambores?”. Después de que los pastores, que viendo como este loco atacaba a sus inofensivos  animales, le llenaran su cuerpo de pedradas, y lo llevaran a besar la tierra, habló el Caballero de la Triste Figura de esta manera: “Este maligno que me persigue, envidioso de la gloria que vio que yo había de alcanzar de esta batalla, ha vuelto los escuadrones de enemigos en manadas de ovejas”.
Cuando a Irene Montero, figura destacada de Podemos, le preguntan que ante la declaración unilateral de independencia qué ha de hacer el gobierno si no aplica el artículo 155, responde, como si estuviera mostrando una monumental y luminosa verdad, a la que no ha podido llegar el resto de la sociedad, “aplicar democracia”. La dictadura de lo abstracto. Cuando a esta buena mujer, Dios no lo quiera, le entren, a punta de pistola, a robar a su casa y le destrocen todo aquello que los ladrones no se puedan llevar, y cuando una vez detenidos los ladrones, el Juez, según la legalidad vigente, dicte sentencia, con pena de cárcel para esos ladrones ¿qué pensaría, si alguien, enarbolando la bandera de la democracia pura y abstracta, viniera a decirle: “ni robo a mano armada ni aplicación de la ley”.
Hay ocasiones en que esta dictadura de lo abstracto va, de forma hiriente, demasiado lejos. Cuando Pablo Iglesias señala a los dos independentistas, que por decisión judicial están en prisión preventiva, como presos políticos, está ofendiendo de la manera más repugnante a todos aquellos que como el desaparecido Marcelino Camacho, sufrieron años interminables de cárcel en la dictadura franquista. La existencia de presos políticos, presupone la negación real, por medio de una dictadura, de multitud de aspectos que son constitutivos de una democracia: la libertad de reunión, de manifestación, de prensa, de creación de partidos políticos, la separación entre poder judicial y poder ejecutivo.
En el mundo ideal y abstracto de Podemos, esta formación política no está ni con el gobierno español ni con el gobierno catalán, pero en el mundo real y concreto de España, Podemos está plenamente al lado del gobierno catalán, al lado de los independentistas, participando en todas sus manifestaciones en la calle, y negándose escandalosamente a participar en las dos multitudinarias manifestaciones, jamás vistas antes en Cataluña, en favor de la unidad de España.
Ese empeño en mantenerse en la dictadura de lo abstracto, está conduciendo a Podemos a una notable pérdida de votos; aunque, a causa de su enajenación quijotesca, cuando por fin  vengan a enterarse de la cruda y tozuda realidad será demasiado tarde.

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