sábado, 21 de noviembre de 2015

El anterior jefe de estado



Para tener la plena certeza de que un determinado material es combustible sólo es  necesario acercarlo al fuego. La derecha española es combustible. Esta derecha, incluida la derecha de Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, se niega a condenar con plenitud la dictadura de Franco, dictadura que en la práctica justifican por el desorden social que, según ellos, reinaba en la II República. Siempre que se pretende condenar la dictadura franquista, esta gente no se coloca en los cuarenta años de dictadura que tuvo que soportar el pueblo español, sino que se coloca en el período de la guerra civil, y ahí reparte culpas a partes iguales, colocando en el mismo plano a los demócratas y a los fascistas del llamado Alzamiento Nacional. Esta derecha confunde malintencionadamente el olvidar con el sancionar; de ese modo se quedan en el período de la que la Guerra Civil Española afirmando que es cosa del pasado destinada al olvido, evitando así el sancionar, el condenar abiertamente el movimiento militar fascista de Francisco Franco. También colocan como cosa del pasado la dictadura misma; Albert Rivera es uno de los que se acogen a esa estrategia, diciendo que cuando él nació la Dictadura ya había desaparecido. Siguiendo ese razonamiento nos olvidamos, y no sancionamos, del nazismo de Hitler, nos olvidamos, y no sancionamos, las innumerables dictaduras fascistas que han azotado al amplio mundo. A las personas que pretenden encontrar los restos de sus muertos, la derecha los desprecia y se ríe públicamente de ellos; el dolor y el sufrimiento que supone que los fascistas que se han quedado con el poder político en tu país, lleguen a tu casa, tú siendo niño, y se lleven a tu padre y a tu madre para no volverlos a ver jamás, ese dolor y sufrimiento amargos que te acompañan para el resto de tu vida, no pasa por la cabeza ni por el flujo sanguíneo de toda esta derecha, de la derecha antigua, la del Partido Popular, y de la derecha moderna, la de Ciudadanos.
Esta derecha nuestra de forma decidida llama dictador a cualquier gobernante soberano que esté opuesto a los intereses del imperialismo americano; esta derecha es abiertamente imperialista, Aznar, del Partido Popular, tiene el triste mérito histórico de iniciar, al lado de los americanos, la guerra imperialista en Irak, algunas de cuyas dolorosas consecuencias están ahora llegando a Europa: los cientos de miles de refugiados sirios y el brutal y criminal atentado terrorista perpretado por el llamado Estado Islámico.
Estoy viendo una tertulia en 13TV la televisora de la derecha, la de los obispos, el moderador entrevista a uno de los médicos que atendió en los últimos días de su vida a Francisco Franco Bahamonde, ¿cómo creen ustedes que este moderador ese refiere al mencionado personaje, como el dictador Franco?, nada más lejos de la realidad, se refiere a él como el anterior jefe de estado; verdaderamente repugnante. Este mismo moderador cuando se refiere, por ejemplo, al presidente soberano de Venezuela, elegido democráticamente, Nicolás Maduro, dice, sin reparo alguno, el dictador Maduro.
Para tener la plena certeza de que un determinado material es combustible sólo es necesario acercarlo al fuego; la derecha española es combustible, lo fue en el pasado y lo sigue siendo en el presente.