lunes, 26 de enero de 2015

La cosa refleja


 
En El Capital de Karl Marx se aprende que la mercancía es un objeto doble: valor de uso y valor. En esta obra, a pie de página, aparece lo siguiente: “En el siglo XVII suele encontrarse todavía entre los escritores ingleses la palabra worth por valor de uso y value por valor de cambio, como corresponde enteramente al espíritu de una lengua que gusta de expresar la cosa directa en términos germánicos y la refleja en latinos.” El valor de cambio es la cosa refleja del valor de la mercancía; dicho de otro modo, el valor se refleja como valor de cambio.
Pensemos en el movimiento de rotación de la Tierra. Para un observador situado en la Tierra, el movimiento de rotación de la Tierra se refleja como movimiento del Sol alrededor de la Tierra. El movimiento aparente del Sol alrededor de la Tierra es la cosa refleja. Para un observador situado en el Espacio, el movimiento de rotación de la Tierra se refleja como movimiento de la unidad sombra-luz en la Tierra. El movimiento de la unidad sombra-luz en la Tierra es la cosa refleja.

martes, 20 de enero de 2015

En el más allá



Vamos con Hegel, en Introducción a la Historia de la Filosofía: “La historia de la Filosofía muestra, por una parte, los límites, lo negativo de los principios, pero, por otra parte, también lo afirmativo de los mismos. Nada es más fácil que mostrar lo negativo en ellos. Cesa la justificación de la conciencia que se sitúa a más altura que el juzgador cuando se reconoce lo negativo en ello. Esto adula a la vanidad. Si se refuta algo, entonces se está más allá. Y si se está más allá de alguna cosa, entonces no se ha penetrado en ella.”
Donde está Filosofía ponemos Política, y donde está principios ponemos principios de la Política de Izquierda. Estoy pensando en la formación política Podemos, más concretamente en dos de sus dirigentes más destacados: Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero. Principio de la política de izquierda es distinguir entre izquierda y derecha. Dice Francisco Umpiérrez en su artículo Oportunismo y Religión: “Debe pensarse que la diferencia entre izquierda y derecha es la expresión política de la diferencia entre capital y trabajo”. Pero estos líderes insisten que ellos están más allá de la distinción entre izquierda y derecha, esto es, están más allá de la diferencia entre capital y trabajo. Ellos señalan lo negativo de la Política de Izquierda. Dicen, por ejemplo, que PSOE y PP, son la misma cosa y que Izquierda Unida es una formación política a superar. Ellos son la expresión más extrema de la vanidad, y sólo son capaces de negar, de refutar, porque carecen de la capacidad de justificar, esto es, carecen de la capacidad de ver la necesidad de la existencia de determinados principios. Ellos niegan absolutamente al PSOE y a Izquierda Unida; afirmar no es lo suyo, lo suyo es refutar. Si se refuta algo, entonces de está más allá. Y si se está más allá de alguna cosa, entonces no se ha penetrado en ella. Iglesias y Monedero, siempre han estado más allá de la realidad política y económica de España y de Europa, no han penetrado en ella. Antes cuando eran unos desconocidos y transitaban en el espacio de las minorías, se situaban más allá al afirmar, por ejemplo, que Venezuela era el paradigma para los países del sur de Europa; ahora que son famosos y han abandonado el espacio de las minorías, se siguen situando más allá, al hacer propuestas económicas que se presentan como independientes de la estructura económica en la que vivimos, la del sistema capitalista, y de la fuerza política que verdaderamente se tiene para la realización de esas propuestas. Ellos mismos, de hecho y no de palabra, han reconocido que están más allá,  al pasar de ofrecer el oro en las elecciones europeas a ofrecer el bronce en la  elecciones nacionales. Y por el camino que van terminarán, desde el más allá, ofreciendo plástico. 

martes, 13 de enero de 2015

El capital en el siglo XXI



Thomas Piketty es por lo visto el economista de moda; economista de izquierda, más precisamente, economista de izquierda burguesa. Hasta donde tengo leído, este libro es un producto del saber erudito; la erudición es el conocimiento que se basa en la mera acumulación de información, y que se opone radicalmente al conocimiento basado en el pensamiento reflexivo y conceptual, El Capital de Karl Marx es fruto de este conocimiento. La erudición frente al pensamiento reflexivo y conceptual, es como una hormiga frente a un elefante. El libro de Piketty es para la lectura, el Capital de Marx es para el estudio de toda una vida. El libro de Piketty es para enmascarar el carácter explotador y parasitario del sistema capitalista, el Capital de Marx es para todo lo contrario. A Piketty lo sitúo yo frente a Francisco Umpiérrez, cualquier artículo de economía política elaborado por Umpiérrez es más profundo y científico que todo el libro de Piketty, donde la estadística se pretende presentar como saber científico. El saber que no va más allá de las apariencias de las cosas no es un saber científico; el saber científico es aquél que es capaz de distinguir esencia de apariencia. Vivimos en una sociedad en decadencia, de modo que el pensamiento que circula es el pensamiento superficial, el pensamiento de la erudición, en detrimento del pensamiento de la reflexión y del concepto; es por ello que Piketty es el gran conocido y Umpiérrez el gran desconocido, el primero milita en la causa de la defensa del Capitalismo, desde el lado de la izquierda burguesa, el segundo milita en la causa de la defensa del Socialismo, desde el lado de la izquierda radical. Piketty vive del éxito exterior, Umpiérrez vive del éxito interior, esto es, del verdadero éxito.

lunes, 5 de enero de 2015

SOCIALISMO OCULTO



Estoy en el libro de Niall Ferguson, El Triunfo del Dinero. Con esto me encuentro: “El precio del rescate por parte del Estado es el control por parte del Estado, y los bancos estadounidenses ya están viendo limitada su libertad de acción en lo relativo a la retribución de sus ejecutivos y la contratación de extranjeros”.
En Septiembre de 2008 se produjo en EEUU la quiebra del banco Lehman Brothers y el rescate por parte del Estado de AIG, la mayor aseguradora del mundo. Esto llevó a una crisis a nivel mundial, que acarreó el siguiente coste:
Decenas de billones de dólares.
Millones de desempleados.
Duplicación de la deuda nacional de EEUU.
Los dos primeros elementos de este brutal coste, coste social, que acabamos de señalar fue de alcance mundial. La pregunta ahora es: ¿En qué medida todas estas dramáticas consecuencias afectaron a los altos ejecutivos de, por ejemplo, Lehman Brothers? En ninguna medida; los cinco ejecutivos más altos de esta entidad bancaria ganaron entre los años 2000 y 2007 mil millones de dólares, ganancia que, después de la quiebra, siguió siendo suya. Resulta por ello criminalmente escandaloso que este hiperdefensor del cada vez más parasitario régimen económico capitalista, Niall Ferguson, no se ocupe del inmenso coste social que ha supuesto el hecho de que que el control de las empresas financieras estén en manos privadas: (1) los recursos en billones de dólares empleados en afrontar la crisis, (2) los millones de desempleados y (3) el descomunal aumento de la deuda pública. Lo que le preocupa a este hombre es que los astronómicos sueldos de los altos directivos de los bancos se vean limitados. No le preocupa el coste social que supone que el Estado rescate una gran empresa que va a la inevitable quiebra, lo que le preocupa es el coste privado que ese rescate puede conllevar: la limitación de los ingresos de los altos ejecutivos. Niall Ferguson, y los que respiran y piensan como él, no tienen interés alguno por liberar de la  pobreza a los muchos, su interés es asegurar la parasitaria riqueza de los pocos. 
Cuando los defensores del capitalismo quieren negar la viabilidad del Socialismo ponen como ejemplo el derrumbe de la Unión Soviética; en esa defensa participa la izquierda burguesa, y la izquierda radical se queda sin argumentos. No son capaces de ver  el Socialismo hacia el que empuja el Capitalismo desarrollado. Un principio del capitalismo original es el de la propiedad privada de las empresas, pero el capitalismo en su desarrollo ha convertido la propiedad privada de las empresas en propiedad social de accionistas. El capitalismo en su desarrollo entra en crisis cada vez más a menudo y es el Estado, lo público, lo social, el que acude en su rescate. La propiedad social de las grandes empresas y el rescate, en los momentos de crisis, de las mismas muestran una y otra vez la tendencia hacia el Socialismo. Esos cinco altos ejecutivos a los que nos referimos anteriormente son, por el tamaño de sus ingresos, miembros de la clase capitalista; no son capitalistas propietarios de empresas de la época del capitalismo original, capitalistas productivos, sino que son capitalistas parasitarios totalmente innecesarios para el funcionamiento de la economía productiva.
Así como en el paso del Feudalismo al Capitalismo, la clase feudal se fue perfilando como innecesaria, hasta su desaparición; en el paso del Capitalismo al Socialismo (la época en la que vivimos) se está perfilando como innecesaria la clase capitalista, hasta que llegue el momento de su inevitable desaparición.